El juicio contra Silicon Knights y otros procesos judiciales locos

La batalla legal entre Silicon Knights y Epic Games sigue siendo actualidad y seguirá siéndolo durante las próximas semanas. Ayer se supo que el estudio de canadiense deberá deshacerse de todas copias que tengan en las que hayan desarrollado con Unreal Engine 3 y el juez James C. Dever ha decidido subir a nueve millones de dólares el total a pagar al estudio americanos por parte de los creadores de Eternal Darkness o Too Human. El magistrado ha sido claro a la hora de referirse a la pena:

Una de las pistas seguidas a la hora de estudiar el caso ha estado en algunos comentarios internos de desarrolladores de Epic que no habían sido borrados en el trabajo de Silicon y que además contenían los mismos “errores tipográficos” que cometieron en su momento en el código de Unreal Engine 3. Además, incumplieron a todas luces el acuerdo que tenían con el equipo de Mark Rein al usarlo para hacer dos juegos más cuando el contrato ya no estaba en vigor. Uno de ellos era X-Men: Destiny y el otro era The Ritualist, que fue cancelado hace meses. La batalla legal entre Silicon y Epic comenzó en el año 2007 y en caso de seguir así le va a costar la existencia al equipo canadiense, que difícilmente podrá hacerse cargo de las muchas penas económicas a las que está siendo condenada.

Aunque la realidad informativa del medio obvie en muchos casos los distintos pleitos legales en los que se meten muchas empresas, siempre han sido una tónica habitual de la industria. Eso sí, si queremos encontrar casos realmente espectaculares y curiosos yo os recomendaría viajar a finales de los ochenta y principios de los noventa: allí se dieron casos de lo más rimbombantes y extraños jamás acontecidos en nuestro medio. Hoy os explicaré muy brevemente un par de esos casos, pero si os apetece leer sobre ello no dudéis en acudir a The Ultimate History of Video Games de Steve L. Kent, en el que dedica un capítulo entero a esas batallas en los juzgados.

No existe mayor lío de faldas que el de Tetris con Nintendo, Atari, Andromeda, Sega y Mirrorsoft. Es difícil explicarlo en tan poco espacio, pero os prometo que tarde o temprano haré un extenso artículo explicando todo el escándalo. Aunque el juego lo crea Alexey Pajitnov, el control de la obra es de la Unión Soviética, circunstancia que no se tuvo en cuenta a la hora de comprar los hipotéticos derechos al autor y revenderlos sin permiso de los soviets por todo el mundo. Cuando la URSS se dio cuenta del problema ya había millones de copias “legales” corriendo por todo el planeta. La negociación fue dramática para algunas marcas y firmas, que vieron como sus inversiones millonarias eran papel mojado ante la decisión soviética. Os reconozco que no me gusta dejaros así, por lo que os recomiendo que le peguéis un vistazo al documental de la BBC si os interesa el tema:

Seguro que recordaréis el mítico Karate Champ de Data East y raro sería que si lo conocen no os suene International Karate de Epyx. La versión de Commodore 64 de Karate Champ fue lanzada en octubre del 85; un mes después se lanzó International Karate en el Reino Unido y Epyx lo licencia para lanzarlo en Estados Unidos en abril del 86. Comienza la batalla en los tribunales: el segundo es un plagio descarado del primero y Data East ya se está frotando las manos ante lo irrebatible que es el asunto. Por sorpresa, el juez William Ingram, del distrito norte de California, niega el plagio, ya que el karate expuesto por ambos videojuegos no es otro que el karate oficial conocido en campeonatos del popular arte marcial. Años después se girarían las tornas y Data East sería denunciada por Capcom por plagio de Street Fighter II en su Fighter's History, juicio que la empresa de Megaman perdería al no demostrarse dicha práctica.