El videojuego como generador de anécdotas
Si has escuchado nuestro último MG Podcast te habrás quedado con la copla de lo bien que se lo están pasando nuestros compañeros Alejandro Pascual y Toni Piedrabuena con Monster Hunter 3 Ultimate un juego que es una mina para generar anécdotas y que, precisamente gracias a esa cualidad, se distingue de otros muchos juegos del mercado. Es más, el videojuego, como medio, gracias a esa capacidad que tiene para moldear nuestras viviencias personales logra, de alguna manera, llegar allí donde otras formas de ocio no pueden llegar por culpa de un mensaje unidireccional.
Párate a pensarlo un momento. Cuando lees un libro, ves una película, escuchas un disco, compartes un mismo mensaje con el resto de la audiencia. Os puede flipar más o menos, pero cada uno extrae una misma experiencia del emisor que luego moldeas según su propia percepción del asunto. El videojuego, en algunas ocasiones, ofrece una experiencia mucho más rica, una comunicación más real con el usuario hasta el punto de generar hitos que no tiene por qué compartir con el resto de tipos que han participado del mismo juego.
El caso de Monster Hunter es esclarecedor. Nuestros dos redactores, junto a un italiano random con el que se topan en la red, se disponen a cazar a una bestia. El combate está casi finiquitado hasta que, de repente, la bestia invoca a un enemigo muy poderoso y la partida se va a tomar viento. Y en ese momento, en un ataque de locura, el amigo Toni se pone a bailar en mitad del escenario. Así, por la cara.
Esa capacidad de generar recuerdos individuales es lo que hace del videojuego un medio tan apasionante. Se me vienen a la memoria muchos ejemplos, la mayoría de ellos encerrados dentro de dos géneros: el RPG y los juegos deportivos, aunque la naturaleza del medio, con sus secretos e easter eggs, le permite dotar de experiencias singulares a casi cualquier tipo de juego.
Coged el caso de Mass Effect, uno de los que probablemente mejor ilustre este ejemplo, y pensad en el debate que ha generado entre los jugadores cada vez que se comparaban partidas. Vale que el peso final de las elecciones no fue tan determinante como nos habría gustado pero, ¿quien no comentó su partida con los amiguetes para saber qué habían hecho ante determinadas situaciones? Con sus pequeñas diferencias, no conozco una partida igual que la mía entre mis círculos de conocidos lo que hace de mi experiencia con el título una personal e intransferible.
Tres cuartos de lo mismo sucede con los títulos deportivos. Aquí en Mundogamers tenemos a nuestro amigo Spidey, incondicional del Sevilla en el FIFA, a Toni, perico de pro. Yo mismo estuve enganchado una temporada a Football Manager con el Queens Park Rangers, en aquellos tiempos de Alejandro Agag y Flavio Briatore y hasta llevé a un Arsenal a la gloria de la Champions League. Recuerdos, anécdotas, que quedarán grabadas para siempre en nuestro historial gamer. Uno del que no pueden presumir en otras disciplinas.
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