El viaje interior de Kylo Ren en Los Ultimos Jedi tiene que plasmarse en un videojuego
Me ha gustado mucho Star Wars: Los Últimos Jedi. A la película se le pueden achacar muchas cosas: un exceso de gags, de humor Disney, de amor por las cabras gigantes que se parecen demasiado a Trico, de tramos de relleno… pero cuenta con algo fascinante: un extraño, retorcido y muy fresco viaje del héroe, del aprendiz y del maestro. Luke Skywalker tiene su propio periplo emocional que lo conduce a su muerte, Rei aprende de este formándose casi sin querer y bañándose de la sombra del villano más interesante que ha parido la saga: Kylo Ren.
A muchos no les ha gustado el papel ni la actuación de Adam Driver, pero hasta que he conocido a su personaje no me había parado a pensar en lo duro, costoso y cruel que es el camino oscuro de la fuerza. Kylo se acaba haciendo ‘malvado’ creyendo que Luke lo rechaza, pero cuando descubre que no es así se refuerza más en su postura por culpa de los crímenes que ha cometido, por la muerte de un padre que ya no tiene marcha atrás. La rabia crece en su interior y lo cubre todo aún sabiendo que no es una correcta, y con ella quiere construir algo nuevo, porque no puede hacer otra cosa.
No me creí el ‘duelo’ de Luke entre el lado oscuro de la fuerza y el sendero luminoso de la trilogía original; es decir: ¿tu padre trabaja en una corporación maligna y eso te deja preocupado? Ya ves tú, pero, ¿eres el culpable de la muerte de tu padre, casi de tu madre, sabes que lo estás haciendo todo mal y quieres usar el lado oscuro de la fuerza para construir un nuevo mundo que deje atrás todo eso? Te comprendo, Kylo Ren.
Este viaje emocional, el del antihéroe, es uno que necesito en un videojuego. En el fondo, es uno similar al que hemos visto en Hellblade o en What Remains of Edith Finch, son caminos de un humano que necesita abrazar una oscuridad lógica para formarse a sí mismo y entender su realidad, esa misma oscuridad. Bien sea la esquizofrenia, la realidad de la muerte o ese poder que brota del mal que es el lado oscuro.Estos viajes son los más interesantes, los más comprensibles, porque el viaje del héroe absoluto, de un Iñigo Montoya con un propósito firme, repetitivo y porque sí, por pura bondad, no ofrece un conjunto de emociones o perspectivas tan ricas que tratar.
Decisiones que te hunden más en el pozo, el asesinato de un padre tras otro: de Han Solo, de Luke Skywalker, de Leia, de Snoke, ¿cómo afecta eso a la rabia de un avatar, a la toma de decisiones impulsivas, a la manera de pelear, a su perspectiva? Todo eso quedaría genial, transformado, no en un beat´em up, sino en una producción más cercana a Night in the Woods. En nuestro medio tenemos muchos cantos al fracaso, y el de Kylo Ren podría ser otro más, y de los buenos.
<< Anterior Siguiente >>