El uso de lo transmedia en Gravity Rush 2 y FFXV
Llega una pequeña pieza de anime para conectar el primer Graviy Rush con el segundo. Funciona como una presentación de la manera en la que continuará la trama de Kat, es dependiente de ambos juegos e innecesario para comprender ningún aspecto de la trama. Funciona como un interludio simpático y anunciador de lo que está por venir.
Este corto es muy diferente a lo que nos ofreció Kingsglaive en su momento, que sí tenía vocación independiente, de desgarrar parte del argumento de Final Fantasy XV y funcionar con él por sí solo. Ante esa situación, ante estos dos productos hay dos posiciones: que entiendas que si se quiere hacer un videojuego uno puede hacer todos los productos satélite a él que se desee pero que cuando se juegue al videojuego se comprenda todo sin necesitarlos, o la segunda, la mía y la que os traigo aquí.
Creo que antes de pensar en un videojuego, una película, un libro, un cuadro o un disco tiene que existir una idea, algo que contar. Cada medio tiene una virtud particular que no tiene otro: una manera única de narrar, una que pueden imitar los otros pero que nunca serán propios. La interacción del videojuego, la capacidad del cine de tenernos interesados a una historia sin tocar nada de ella, la necesidad del libro de que usemos la imaginación para dibujar lo que no se ve o la fuerza de la pintura de expresar algo con una sola instantánea. Si defendemos que cada medio es un conjunto de herramientas con la capacidad de crear obras artísticas, es lógico entender que detrás de su uso uso está un artista con ganas de ofrecernos su idea de la manera más óptima.
Apoyado en cada una de estas herramientas, un autor puede desgranar su obra en partes porque cada parte puede necesitar ser contada de una manera determinada para tener más fuerza o identidad, y en este contexto es cuando se pone en valor el uso de varios productos transmedia dependientes el uno del otro para reforzar el trabajo de un autor y de las distintas dimensiones de su obra, si le interesa emplear todas las herramientas artísticas posibles para hacerlo.
Con esto no quiero validar Kingsglaive y defenestrar el anime de Gravity Rush 2. Para que el uso de este transmedia dependiente sea auténtico se necesita que el autor lo haga con honestidad, que elija pasar por el cine, el videojuego o la literatura con sensatez y razón, empleando cada medio porque considera que es el mejor para contar algo, no porque sea más cómodo. Digo esto porque aunque Kingsglaive me haya gustado, y hace bien en emplear el cine para darnos una larga cinemática, a nadie se le escapa que es una cinta más útil que honesta, funciona muy bien pero puede que la decisión de su creación haya sido porque es más fácil juntar clips de vídeo ya hechos en una película que incluir jugabilidad en ellos.
Con Gravity Rush 2 tampoco hay esa vocación de contar algo honesto, es una válida y divertida herramienta publicitaria y así hay que entenderlo. Y es normal que así sea, el empleo del transmedia como aquí lo recojo necesitaría de la existencia de un artista total, capaz de saber qué medio usar para expresar cada tramo de su idea y no pensar solo en querer hacer un videojuego sin más, una película o un libro. Aquí radica la dificultad del transmedia, que más que ayudar al arte acaba colaborando en transformar esta en un producto dividido para que cualquiera lo puede comprar, saltando luego al resto de los mismos que conforman el proyecto.
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