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El triunfo de Alien: Isolation

El gran GOTY
Por Bruno Louviers

No sabéis cuantísimo me alegra ver que Alien Isolation está en casi todas las listas de los juegos del año de 2014, y casi siempre, en posiciones bastante elevadas. Una de mis críticas favoritas de videojuegos, Cara Ellison, lo ha puesto el primero, de hecho, y eso me ha hecho pensar en el increíble e improbable triunfo que supone este videojuego, que es una suma de imposibilidades que resulta difícil de creer al principio.

 

Para empezar, es un videojuego de Alien, mejor dicho, un buen videojuego de Alien. Podríamos contar con los dedos de un mano con tres dedos amputados los buenos juegos de la saga iniciada por Ridley Scott que existen, así que solo por esto ya debería ser un GOTY, maldita sea. Recrear las sensaciones de la primera película y casi superarlas en algunos aspectos es todo un hito. 

 

Y claro, si hablamos de que homenajea la primera película, hablamos de que es un juego de terror, con lo que todo eso conlleva. Hoy en día, parece que si no estamos matando cosas cada 30 segundos no nos podemos divertir, pero Alien Isolation es una prueba no solo de que podemos pasarlo bien escondidos, sin matar a una sola cosa en todo un juego; sino también de que se puede pasarlo bien pasándolo mal. Alien no es un juego agradable, ni falta que hace. 

 

En este sentido, también podríamos destacar que es un juego tremendamente arriesgado, no solo por los dos motivos anteriores, sino también porque no tiene checkpoints, algo primordial en la industria del videojuego actual y casi un estándar obligatorio. Parte de este riesgo también viene dado por otro motivo de su grandeza: la aleatoriedad del xenomorfo, que tan pronto aparece por detrás de ti como por delante y que hace que cada muerte y repetición de un escenario (algo que se hace muy a menudo) sea distinta y, por ello, entretenida. 

 

Este motivo nos lleva al siguiente: es un juego muy, muy, muy difícil. Difícil a la antigua usanza, no solo porque no sabemos cómo resolver ciertos problemas hasta que los repetimos unas cuantas veces sino porque no se avergüenza de ser injusto con nosotros al matarnos al mínimo fallo, esto es, al lanzarnos encima al xenomorfo. 

 

Y aunque no es un juego perfecto, porque es demasiado largo (irónico), hay algunos fallos en la IA del alien (no demasiados, pero ahí están) y el último cuarto del juego es algo más aburrido que el resto del juego, es imposible no adorar Alien Isolation por el que es, gracias a todos los demás factores, el motivo más importante por el que hay que celebrar su existencia: ha hecho que volvamos a temar al alien, al xenomorfo, a la criatura más temible del cine y que, por el abuso de las secuelas y por la diferente trayectoria de las mismas, se había convertido en algo cotidiano. 

 

Lo cotidiano no da miedo miedo si se trata como tal, pero con un giro puede ser algo que te inmovilice y que te impida seguir adelante, justo lo que hace el xenomorfo en Alien Isolation. Esas sensaciones, que yo solo he vivido, mofaos si queréis, con los jefes de Dark Souls; es insustituible y única en este año. Es más, es solo posible en un juego que sabe disponer todos sus elementos jugables al servicio de la experiencia. Es, en resumen, lo que hace Alien Isolation y lo que lo hace tan grande.

 

Hemos dicho que 2014 ha sido en general un mal año, pero si tuviera que defender lo contrario, pondría Alien Isolation como ejemplo. Ojalá juegos tan impresionantes en 2015.


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