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El timo de Aliens y otros casos que sucumbieron al hype

Engendros bien vendidos
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Hay que ver lo que ha armado el amigo Randy Pitchford con su Aliens Colonial Marines. Lo último que está sonando fuertemente es aquello de que Gearbox desfalcó a Sega en los términos de usar el capital destinado al juego de los xenomorfos en asuntos propios como Borderlands 2. Por otra parte, Pitchford reconoce estar al corriente de las críticas que está recibiendo su monstruito, pero que no aprecia los insultos, las amenazas y las faltas de respeto con la intención de herir y no aportar algo constructivo. Con respecto a esto último, cabe decirle que la ofensa, la falta de respeto y el insulto los ha cometido él al permitir que un producto tan pésimamente acabado como Aliens Colonial Marines pudiera ver la luz al precio al que ha salido, y más antes habiendo engañado al personal con unos vídeos demasiado bonitos para lo que finalmente ha terminado pariendo.

 

En otro orden de cosas, el tema Aliens me ha recordado sobremanera a todos esos casos de productos extremadamente hypeados que han terminado siendo material más que susceptible de visitar el cubo de la basura. Hasta cierto punto ha sido similar el paso que tuvo en su momento ese Crysis venido a menos que era el peculiar Haze, aquel extraño engendro de Free Radical. Nadie hubiera dicho que los creadores de los gloriosos Time Splitters pudieran concebir un juego tan desequilibrado y molesto en lo técnico como esta exclusividad de PlayStation 3, pero el caso es que lo que salió a la venta cumplió todos los pronósticos aplicables a un desarrollo problemático y desastroso. Debo admitir que me divertí jugándolo, pero también hay que saber ver que Haze daba un poquito de vergüenza ajena, y desde luego tampoco se correspondía con todo aquello que desde Free Radical nos querían vender en forma de fantásticos pantallazos y demoledores vídeos.

 

 

Más ambicioso era en apariencia todo aquello relacionado con la antaño todopoderosa franquicia Final Fantasy, que en esta generación no han sabido hacer otra cosa que estrellarse contra la pared mas dura. Concretamente, la productora prometía el oro y el moro con la decimotercera entrega, contándonos durante su largo desarrollo bondades acerca de su impresionante plantel audiovisual, la extensión de los escenarios, los innovadores combates o la libertad a la hora de tomar la iniciativa en lo que a nuestras acciones se refiere. Los vídeos mostrados no hacían más que empujar a los usuarios a desearlo como agua de mayo, para, finalmente, toparse de bruces con un recorrido absurdamente lineal donde los más monótonos combates que se hayan visto en un JRPG se daban lugar en el meollo de una historia sin chicha ni limonada. Su secuela, Final Fantasy XIII-2, intentó arreglar el desaguisado... pero el mal ya estaba hecho. Al menos, la jugada salió incluso mejor que el estreno del nefasto MMORPG Final Fantasy XIV.

 

Hype de órdago fue el que generó Naughty Bear, un valiente proyecto en el que los autores del ordinario pero divertido Wet nos meterían en la piel de un oso de peluche psicópata y asesino en serie. La divertida idea se vendió soberanamente bien, gracias a una campaña de marketing en la que distintos vídeos enseñaban de manera inteligente los mejores puntos de la obra. Pero la realidad era muy distinta, donde, para empezar, aquellos que dejaron caer que nos encontraríamos con un novedoso modelo de sandbox fueron, por decir algo, demasiado optimistas. El mismo contenido del disco no hubiera tenido validez ni como juego descargable, con un nivel visual de hace una o dos generaciones; y su propuesta, que en un principio resulta graciosa, termina copada por la reiteración hasta lo absurdo. En Naughty Bear lo que primaba era lo verdaderamente insultante que resulta la generalizada dejadez a la hora de ejecutar una idea a priori buena, algo que en cierta medida demostró su secuela Panic in Paradise.

 

 

Para acabar, se me viene también a la mente un grupo de títulos que, si bien no resultaron ser del todo 'epic fails', sí que dejaron a más de un usuario insatisfecho en términos de calidad y planteamiento. Así, recuerdo nombres como Bodycount, Homefront, Medal of Honor: Warfighter, Call of Juarez: The Cartel, el polémico Resident Evil 6... Claro que, como siempre, para gustos colores. Pero permitidme que alce la voz, intentando abrir los ojos de aquellos que de una manera u otra se den por aludidos con lo que voy a decir: amigos, no tratéis de engañar al usuario vendiendo humo, enseñando lo que no es y cantando alabanzas donde solo cabría la autocrítica. Con la honestidad se llega a cualquier sitio, y a la larga será mucho mejor para todos el que demores o incluso canceles la producción de un mal videojuego antes que colárselo al personal y que, de cara al futuro, decida no comprarte un juego en toda la vida. Espero que gente como Pitchford o Denis Dyack (el CEO de Silicon Knights) hayan tomado buena nota... aunque quizá para ellos ya sea demasiado tarde.


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