1. Mundogamers
  2. Noticias

El shooter y su utilidad

Desfogarse o morir de estrés
Por Diego Emegé

Mi historia jugona comenzó prontito y con contundencia. El recuerdo más primitivo que poseo me sitúa a la vera de mi padre, viendo cómo jugaba al Wolfenstein 3D. Maravillado me hallaba. A veces enganchaba yo el ratón y me ocupaba de disparar mientras él se movía por el escenario. Digno de ver. Así es: comencé mi andadura con el juego de disparos por excelencia. Pronto empezaría a no poder dormir por culpa del Cyberdemon y, no muchos años después, aprendería que Duke Nukem era el mayor inversor que el mundo del espectáculo erótico había conocido nunca. Con el tiempo empezaría en el camino de la aventura gráfica y ya acabaría de expandir gustos gracias a la llegada de las consolas a mi vida, pero esa primera etapa ha marcado mi forma de ver el entretenimiento interactivo durante mucho tiempo.

 

Ayer mismo se anunció el remake de Rise of the Triad para ordenador. Digo remake para que se entienda, porque, habiendo visto el tráiler, huele más a una adaptación con mejores gráficos, físicas y sonido, más que nada; un ROTT a la enésima potencia. Al menos parece que los señores de Apogee buscan transmitir eso. Acción exagerada, violencia cruda y gore rebuscado y ultra realista. Lo curioso es que, lo primero que me ha venido a la mente después de ver el tráiler ha sido un juego más reciente: Serious Sam. Esta saga ha logrado seguir fiel a sí misma y ha explotado las bases de su género hasta la última consecuencia. Este tipo de shooters se basan en el matar por matar. No todos son tan absurdos como Serious Sam, hay otros, como Bulletstorm, que trataba de apoyarse en esa idea sin dejarse llevar por lo obvio, metiendo una historia al juego.

 

Yo soy de la creencia de que los videojuegos son como la comida. Poco a poco nuestro paladar va evolucionando hasta que un día somos capaces de disfrutar de un plato de berenjena rellena de pimiento y orejas de burro crudas sin morir en el intento. Lo que quiero decir es que cuando llegamos a ese punto, lo más probable es que hayamos aprendido de cada sabor y cada textura, y que sepamos racionarla según el estado de ánimo, la época del año, el tiempo que tengamos... Lo que apetezca en un momento dado, y, sobre todo, fuera de todo prejuicio sobre géneros. Por eso creo que aún hoy hay cabida para esta clase de títulos sin elegantes pretensiones, que responden solo a una necesidad de desfogarse y vaciar la mente. Un poco como ver Telecinco para pasar el rato, vaya.


<< Anterior Siguiente >>