El sexo en los videojuegos

Cuando pensamos en sexo (¡cochinos!) en los videojuegos, lo que se nos suele venir a la cabeza es una larga, larguísima, lista de títulos para mayores de 18 años que han sido censurados en multitud de países y que tienden a ser eliminados de Steam por su alto contenido erótico. Sin embargo, después de haber escrito del amor y de la muerte, lo lógico es que siga tratando temáticas del estilo. La siguiente en mi lista era el sexo visto como un tema más a tratar en el videojuego, y no por lo que consideramos contenido subidito de tono. Al menos, no del todo.

La visión del sexo parece haberse convertido en algo inmaduro, hasta infantil. Quizás influenciada por la concepción de que el videojuego es un mero entretenimiento para un público joven. Sea como fuere, lo cierto es que vemos el sexo como una simple broma, un recurso humorístico que aparece hasta en los títulos más serios, como God of War. Es como si hubiésemos pasado de los juegos altamente censurables de los 90, que eran como simples bromas sexuales, a adaptar el sexo a los juegos modernos como un añadido sin profundidad, una simple anécdota que busca la risa fácil, el “ay, pillín, cómo te gusta la mandanga”.

Como os digo, quiero que entendamos el sexo aquí como un tema más en el videojuego, y no como la sobresexualización de los personajes femeninos o en el contenido para mayores de siempre. La pregunta aquí es cómo representar el sexo y las relaciones sexuales de manera que formen parte de la narrativa. Aquí hay dos maestros que tenemos que tener en cuenta: BioWare y CD Projekt Red. O lo que es lo mismo, Mass Effect y The Witcher.

En ambas franquicias se nos han presentado las relaciones sexuales como una parte más de nuestra aventura, de la historia de nuestro personaje. Sabemos que puede tener relaciones, o no tenerlas, esto depende de las decisiones del jugador. Tampoco es necesario que esas relaciones conlleven amor. Pero lo importante es que se toma el sexo como lo que es: algo natural, que forma parte de nuestra vida, y que puede influir o no en nuestra historia.

Pero, ¿qué hay del sexo per se como tema en un videojuego? Aquí podríamos hablar de Catherine. Igual que es un juego que puede tomarse desde la temática del amor, se puede tomar también desde la perspectiva del sexo. Un sexo, eso sí, maligno, malvado. Se trata del deseo y cómo éste puede romper con cualquier tipo de relación amorosa al fijarnos en una persona ajena a nuestro interés romántico. Al final, como en el amor, el sexo puede seguirse desde muy distintas concepciones. Pero, por favor, más juegos donde sea algo natural y no un mero recurso humorístico, que ya nos estamos haciendo mayores.