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El sentido de la aventura en los videojuegos y las distintas formas de afrontarlo

Genshin Impact, Grounded y Zelda Breath of the Wild
Por Rafa del Río

Ayer por la tarde volví a Grounded tras dos semanas jugando a Genshin Impact. El jardín de los chicos de Obsidian se ha plagado de novedades. Junto a unos gloriosos textos en español -sin localizar al castellano, eso sí- encontramos elementos relacionados con Halloween, la presencia de pájaros si hacía tiempo que no volvíais y nuevas y jugosas misiones de BURG-L para veteranos y recién llegados. 

 

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El sentido de la aventura en los videojuegos

Genshin Impact me ha hecho pensar mucho en ese sentido de la aventura que solía acompañar antiguamente a los RPGs y que no siempre se nota en los títulos actuales. Esa sensación que te llenaba cuando ponías en tu consola un cartucho de Final Fantasy, Breath of Fire, Phantasy Star o The Legend of Zelda parece haberse diluido con el paso del tiempo. No hay más que comparar Genshin Impact con Zelda Breath of the Wild para entender a lo que me refiero, y es que por mucho que el juego de miHoYo me haya enamorado, no siento esa sensación de campaña, de empezar una odisea, que hacía años acompañaba a cada nuevo título al que empezaba a jugar. 

 

Los motivos para que el sentido de aventura se haya difuminado en los últimos años son varios. Por un lado, el hartazgo de juegos que, poco a poco van minando al jugador haciendo que esté de vuelta de todo con cada nuevo título que completa. Por otro, la desilusión de juegos que al final terminan por poner más peso en sus mecánicas que en el disfrute de las mismas. Títulos que terminan por automatizar un proceso en el que la falta de ingenuidad de la veteranía ayuda a decubrir las costuras antes de que la aventura adquiera el peso necesario.

 

zelda aventura

 

Las distintas formas de afrontarlo

No todo los juegos son para todos los jugadores. Suena a máxima elitista pero en realidad no tiene por qué serlo. Igual que no a todo el mundo le tiene que gustar la pizza con piña o las anchoas, no todo el público tiene por qué disfrutar un juego de la misma forma, sin que ello implique una mayor preparación intelectual o un intelecto superior. Como ya comenté en su momento, Death Stranding supuso para mí una obra de arte por los huecos que deja y en los que es el jugador quien rellena la obra con su propia experiencia, siendo el juego de Kojima uno de los títulos con mayor sentido de aventura que he jugado esta generación, pero que seguramente para otros será un pestiño. Eso no nos hace mejor a ninguno de los dos. 

 

Lo mismo me pasa con Grounded. Un título que para mí lo clava con su pequeño enorme escenario con un sentido de aventura sin predecentes en el mundo del videojuego. Una filosofía que toma todo lo que se ha hecho anteriormente en el género y lo rompe en pedacitos con los que montar el collage de su oferta de juego. Paseos nocturnos en solitario, exploración de cuevas mortales, hallazgos misteriosos... El pequeño grupo de Obsidian que ha trabajado en Grounded ha logrado que sienta esa sensación de aventura en un juego que, sin aldeanos en apuros, princesas que rescatar ni brujos malvados, tiene mucha más enjundia que varios RPGs new age que lo están petando en ventas. 

 

Al final el sentido de aventura depende de cómo afrontamos un videojuego, tanto las compañías en su desarrollo como nosotros al jugarlo. A veces solo hace falta un mundo hermoso como el de Zelda Breath of the Wild o una invasión de larvas como en Gears of War. Otras un universo por descubrir como en No man's Sky, un yermo por repoblar, un mundo que volver a construir a base de transportar paquetes o un pequeño jardín trasero plagado de mariquitas, arañas y hormigas. Todo vale siempre que el jugador acepte empezar esa aventura y se comprometa con su odisea como hicimos años antes, cuando fuimos rescatados en una playa o bajamos del tren dispuestos a volar un reactor mako. Mientras podamos sentir que empezamos algo grande, emocionarnos pensando en cómo serán esos primeros pasos, el sentido de aventura seguirá estando presente en los videojuegos. 

 

¡Nos leemos!


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