El regreso de Shaquille O'Neal a los videojuegos que nadie esperaba y tampoco necesitábamos
Desde hace unos cuantos días tenemos disponible en PS4, Xbox One, Nintendo Switch y PC un juego acto para nostálgicos, Shaq Fu: A Legend Reborn. Se trata del regreso al mundo de los videojuegos del famoso ex jugador de baloncesto Shaquille O'Neal, después de haber protagonizado el llamado Shaq Fu en el año 1994 para Mega Drive y Super Nintendo, con una posterior versión al año siguiente para Amiga, Game Gear y Game Boy. Ya en su momento el juego no sorprendió por su calidad, y lo mismo ha ocurrido con esta leyenda que renace.
Shaq Fu: A Legend Reborn es un beat 'em up de corte muy clásico, con desplazamiento lateral y donde lo único que importa es machacar el botón de golpes para acabar con nuestros enemigos. En esta realidad alternativa, Shaquille O'Neal es un maestro de las artes marciales, con un físico ejemplar (diferente al que porta ahora mismo en el mundo real) y capaz de arrear golpes de todo tipo mientras realiza comentarios jocosos por doquier. Uno de los mejores aspectos del juego, sin lugar a dudas, es ese tono desenfadado de la historia y los comentarios que nos acompañan de forma continua, genialmente traducidos por el compañero Diego Emegé.
El problema es que no hay por dónde coger a Shaq Fu: A Legend Reborn en todos los demás aspectos jugables. El control es excesivamente tosco, la colisión de los golpes está lejos de funcionar bien (con la importancia que tiene en este género) los combos y el tipo de enemigos a los que nos enfrentamos no son divertidos y tampoco los jefes finales de cada fase. Avanzamos repartiendo mamporros y rompiendo los objetos que nos encontramos pero falta un punto de creatividad y saber hacer que realmente justifique que paguemos dinero por este videojuego.
Y es una auténtica lástima, porque el carisma del personaje de Shaquille O'Neal queda lejos de cualquier duda, al igual que el tono divertido de la historia y los comentarios, pero que se van al traste por un sistema jugable que poco o nada tiene que ofrecer. Ojalá se hubiesen tomado este desarrollo un poco más en serio para haber trasladado las mecánicas clásicas de un género casi olvidado y perdido pero adaptándolas de la mejor forma posible a nuestros días, gestando un título que además de curioso resultara divertido de jugar. No ha sido el caso, y nos encontramos con un ejercicio mediocre que puede ser entretenido para echar un rato, pero por el que de forma personal y sincera no os recomendaría pagar.
Shaquille, si vuelves otra vez al mundo de los videojuegos asegúrate de que al menos sea con un buen título.
<< Anterior Siguiente >>