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El regreso al Nexo y cómo su diseño guarda conexiones con Dark Souls III que podemos entender hoy

Feliz viaje por Boletaria, mañana
Por Adrián Suárez Mouriño

Los hogares de los Souls son maravillosos. Dos son mis favoritos: Majula, de Dark Souls 2 y el Nexo. Diría el Santuario de Enlace de Fuego de Dark Souls, pero eso tiene de hogar lo que un descampado. Majula y el Nexo comparten algo en común: son lugares místicos, separados del mundo, capaces de desprender una personalidad muy particular. Conectan el mundo de juego pero a la vez se alejan totalmente de él. Son fríos y a la vez son cálidos. Son elegantes pero a la vez son ruinosos. Son sitios que están siempre en la frontera entre la tristeza más profunda y el calor del abrazo de una madre.

 

Con Demon’s Souls Remake volveremos al Nexo, a la visión más calidad y occidental presentada por Bluepoint. Lo fabuloso del Nexo, además de su cualidad estética, es por cómo distribuye a sus recién llegados. A un lado están los magos, al otro los clérigos, y bien sabe El Anciano que no se mezclarán entre sí.

 

En el medio de ambos se erige una exagerada escalera que conduce, a través de las místicas archipiedras, a distintos lugares del mundo. Es decir, entre ambos hay todo un universo de separación. En el medio de ambos, bien sentada, bien al lado de la estatua de ¿Velka?, o en lo más alto está nuestra anfitriona: La Dama de Negro. Presente siempre como una titiritera, como una madre cálida pero ciega por ¿la misma cera que vemos en Dark Souls III, en el Gran Archivo, y que impide que veamos las manipuladoras manos fantasmas que emergen de los libros que otorgan conocimiento?

 

 

Y ya más diseminados, el siempre confiable Yurt, el nunca traicionero Parches y otros personajes que nos vamos encontrando, rodeando y enmarcando al resto de PNJ. Me gusta cómo está dispuesto este elenco, porque es un bodegón ideal para comprender el grueso de la historia del juego.

 

Una composición parecida intentó hacerse en el Santuario de Dark Souls III. Si os fijáis, hay un cierto parecido en cómo están dispuestos los Señores de la Ceniza y las Archipiedras.

 

En Demon’s Souls, de izquierda a derecha, tenemos la archipiedra del palacio de Boletaria, del Túnel Colmillo de Piedra, la Torre de Latria, la destrozada archipiedra de los gigantes, Altar de Tormentas y Valle de la Corrupción. Cinco más una, como también hay cinco más un Señores de la Ceniza: Ludleth, Vigilantes del Abismo, Aldrich, Yhorm, el Gigante, Lothric y el Alma de Cenizas.

 

Y en ambos juegos hay otros parecidos fantásticos: en las dos hay un gigante totalmente abatido y destrozado. En Demon´s Souls es la propia archipiedra de los gigantes, en Dark Souls 3 es Yhorm. La archipiedra que conduce al Castillo de Boletaria se llama “Archipiedra del Rey Pequeño”, como rey pequeño es Ludleth. Altar de Tormentas se abre con la archipiedra de Hombres Sombríos, como sombríos son los Vigilantes del Abismo. La última de las archipiedras se conoce como Archipiedra del Jefe, como jefe es el destinado a ser el Señor de las Cenizas: Lothric. La archipiedra de la Torre de Latria se llama Reina de la Torre. En Latria, un mal poseyó al rey de la torre, como Aldrich dominó a Gwyndolin del Sol Oscuro.

 

Ahora os dejo a vosotros hacer conexiones.

 

Pero lo importante del asunto, y de esta comparativa, es el esquema de diseño que se repite, la intención de cómo pone a cada uno en su sitio, lo que significa y cómo logra el juego que, primero, sintamos que el Nexo es un hogar para, después, comprender que es un lugar repleto de misterios, desasosiego de desencuentros. Feliz viaje mañana por Boletaria.


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