El recadero, una tendencia que debemos jubilar en la next-gen

EXAMEN DE ZOMBILOGÍA

 

Ciudad infestada de zombis. Nuestro protagonista acude raudo a buscar dos supervivientes que están discutiendo: anciana y tipo de mediana edad. El intrépido protagonista, Nick, habla primero con Jack, que le explica el problema con pelos y señales: Clarice, la anciana, tiene un montón de comida, y él, que únicamente tiene un vasto arsenal, está hambriento. Te insta a matarla y conseguir toda su comida, que repartiréis de forma equitativa. Clarice, por su parte, te explica que necesita armas para defenderse, pero únicamente tiene mucha comida en su posesión. Te insta a matar a Jack para repartir sus armas. Nick debe decidir qué hacer, pero sin consultar ni esperar respuesta del jugador, toma una decisión.

 

Ejercicio 1. Usted es sónico y Nick, protagonista de Dead Rising 3, ¿qué haría ante la presente disputa?

 

A. Asesinar a Clarice y quedarse parte de la comida

B. Asesinar a Jack y quedarse parte del arsenal

C. Asesinar a ambos y quedarse con todo el botín

D. Instarlos a que compartan armas y comida para evitar el problema y salir con vida de Los Perdidos

E. ¡Tranquilos! Buscaré armas para Clarice y comida para Jack

 

Cualquiera de las cuatro primeras habría sido una elección, digamos, lógica o creíble dentro de un videojuego de las presentes características, pero el presente caso. Escoger E, como alguien programó en Capcom Vancouver, me parece un insulto a la inteligencia de cualquier jugador que haya invertido más de 550 euros en una nueva y flamante Xbox One y un Dead Rising 3. Es una mecánica tan pasada de vueltas y tan fuera de lugar que llega a resultar chocante que en pleno 2013 todavía se nos inste a tonterías así.

 

Y sí, de acuerdo, todo el mundo sabe que Dead Rising 3 estaba más que preparado para la generación de PlayStation 3 y Xbox 360 y que el hecho de que sea estreno en One es más un acontecimiento circunstancial que un evento esperado por alguien, pero eso no obvia la desilusión que me estoy llevando en algunos campos como el presente. ¿Sabéis la típica crítica de “es un juego de hacer recados”? Dead Rising 3 y su protagonista, Nick Ramos, son el paradigma del chico de los recados.

 

 

Tras varias horas de juego, todavía no sé cuál es el carisma de Nick más allá de ese instinto digno de Vickie el Vikingo de tener ideas de construcciones absurdas que acaban llegando a buen puerto en pocos segundos. No solo realiza cualquier favor que le pidan, por absurdo, injusto, peligroso o lamentable que resulte, es que directamente se ofrece a hacerlos él sin ningún tipo de ruego delante. Es una realización que, en pleno comienzo de la generación, me resulta poco menos que deprimente.

 

Luego Dead Rising 3 será lo que sea en la valoración final, pero espero que Nick sea el último Nick de la generación. Principio y fin de un personaje que nunca debió existir en la next-gen. Esperamos decisiones, esperamos comportamientos de nuestro entorno que, más allá del apartado técnico, ofrezca realidad y nos permita interactuar de forma creíble con lo que acontece más allá de lo que vemos y más con lo que sentimos. Dead Rising 3 es tan de hace dos o tres generaciones en algunos apartados que resulta una experiencia para debutar en One decepcionante a todas luces.

<< Anterior Siguiente >>