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El problema de Nintendo y los móviles

La transición a los smartphones sería una espada de doble filo
Por Dayo

Nintendo sigue cayendo en picado. En su reciente revisión de resultados financieros trimestrales informó de una pérdida de 9.900 millones de yen (casi 72 millones de euros) con un descenso general de las ventas. Hay que encontrar alguna forma de ganar dinero y recuperar el terreno perdido y, según un informe del Business Journal via Nintendo Everything, hay varios directivos que intentan llevar las IPs de Nintendo a las plataformas móviles. Si se hace con buena mano puede ser un bombazo e incluso podrían permitirse ofrecer contenido premium ¿Quién no querría tener un juego de Pokémon en su smartphone? Digo uno sin emular. Este salto podría cambiar las tornas para Nintendo, pero Satoru Iwata, actual presidente de la compañía, se opone a ello. Y yo le apoyo.

 

Es cierto que estaría genial que porteasen clásicos como Super Mario 64 a los móviles. La tecnología ha permitido llevar títulos como XCOM o Bioshock a los smartphones, lo cual demuestra que la calidad técnica no sería un problema. También es cierto que casi todo el mundo tiene un móvil, casi nadie tiene una Wii U y mucha gente con móvil querría jugar a títulos de Nintendo sin tener que comprar sus consolas. Es acceder a más público, al fin y al cabo ¿cuál sería el problema?

 

El problema es que Nintendo ha imbricado su software y hardware. La gente compra Nintendo porque quiere el producto Nintendo. Puede sonar como una redundancia, pero muchos dueños de una PlayStation o Xbox están ahí también para acceder a los títulos multiplataforma y simplemente disfrutar de lo nuevo que hay. Wii U y Nintendo 3DS, por su parte, son consolas muy específicas. O te atraen los mundos y las propuestas de sus IPs cíclicas o no tienes casi nada a lo que jugar. La gran N trabaja constantemente en empujar el hardware, inventar nuevos dispositivos y aplicarlos a sus títulos first party. Si pones a Mario en un smartphone, pierdes todo eso. La gente ya tiene acceso a través de los móviles y, de pronto, ya no hace falta comprar ninguna consola.

 

 

Si de verdad se cumpliesen nuestros deseos más oscuros y tuviésemos un nuevo The Legend of Zelda, un Donkey Kong o un Metroid para móviles, entonces prescindiríamos por completo de Nintendo. Si fueran buenos ports, juegos elaborados con el mismo cariño que ponen a los títulos principales para ser divertidos, entonces tendríamos la experiencia Nintendo sin necesidad de Nintendo. Y eso no les favorece.

 

El problema es que ahora mismo los de Iwata están en una situación muy difícil. Su egoísmo y mentalidad cerrada les ha llevado a esta situación en la que el resto de la industria no les necesita pero ellos sí necesitan estar a la altura del resto de la industria porque están cayendo. Mario Kart 8 es un fracaso rotundo si lo comparamos con el resto de la franquicia porque nadie tiene una Wii U y, aunque cada usuario con una consola de sobremesa de nueva generación se comprase una copia, aún así vendería seis veces menos que Mario Kart Wii. Tienen un público limitadísimo para vender sus obras y necesitan tirar de obras atractivas para hacer que ese público crezca. Super Smash Bros podría ser una adición interesante a los móviles, pero también sería una forma de limitar el público potencial que compraría una Wii U sólo para poder hacer que Pac-Man y Sonic se diesen guantazos en pantalla.

 

Una solución sería crear una plétora de killer apps, algo que se dice fácil pero ha demostrado ser un auténtico desafío para la compañía, o atraer a los desarrolladores third party, lo cual también se plantea difícil si se tiene en cuenta que el desarrollo se está desviando hacia la nueva generación. Ahora que Dan Adelman se ha ido, estar en contacto con los indies es más difícil que nunca, de modo que la última solución sería crear una nueva consola y esta vez enganchar al público desde el principio con nuevas ideas. Pero estamos hablando de Nintendo. Tienen un fondo suficiente como para permitirse caer durante años, pero en algún momento tendrán que generar beneficios. El móvil puede servir a corto plazo, pero desprender las obras de Nintendo de sus productos puede ser un movimiento muy arriesgado.


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