El poder de los exclusivos y Marvel’s Spider-Man, el juego de superhéroes más vendido de la historia

Todo apunta a que la próxima generación será la más reñida en cuanto a potencia; primero porque Microsoft está decidida a mantener el eslogan de Xbox One X, ese que nos vende la ‘consola más potente jamás fabricada’, y segundo porque Mark Cerny (principal responsable de la infraestructura de PS5) ya sugerido que habrá batalla, que no se quedarán atrás y que la llegada del SSD solo es un adelanto de todo lo que está por venir. Pero como el combate esté tan igualado en este apartado, al final lo que importará será todo lo demás.

 

Aunque no me guste hablar de ganadores y perdedores, esto es un debate difícil de evadir porque el pulso de fuerzas es real. Con la lucha por el músculo tan ajustada, todo dependerá del resto de factores, especialmente de dos: el trato al usuario y el catálogo. Phil Spencer y los suyos parecen tener la sartén por el mango con lo primero, el Game Pass; un claro reclamo a venir y quedarse en el ecosistema Xbox (consola, PC’s y xCloud). Pero lo segundo, si no es un balón dividido, apunta a estar más cerca del tejado de Sony gracias a titulares como el de Marvel’s Spider-Man. 

 

 

Porque tener en exclusividad el juego de superhéroes más vendido de la historia es una carta de presentación fuerte. Aunque nos pese, lo que genera verdaderos ingresos no siempre es de la más alta calidad, o no supone una gran innovación, sino que simplemente es fruto de una asociación inteligente entre dos marcas o sectores en alza, en este caso Marvel y los videojuegos. Lo que mueve al gran público son las caras, lo conocido, y por eso proyectos como el de Los Vengadores de Crystal Dynamics son un tiro seguro. Scarlett también necesita eso. 

 

Debe ampliar los rostros con los que identificamos a su familia, aligerar el peso que aguantan el Jefe Maestro o Kait Diaz y asociar la marca Xbox a un conjunto generoso de franquicias carismáticas que nos hagan querer dar el salto. Porque desde dentro el usuario de One estará más contento que nunca, pero desde fuera el comprador potencial todavía tiene razones para tener dudas, para preguntarse qué se estará perdiendo si no apuesta por Microsoft. La cuestión debería ser qué gana, y una de las respuestas podría ser encontrar juegos como Marvel’s Spider-Man.

 

 

Porque como apunté, pese a ser una magnífica representación del hombre araña, como juego hablamos de un mundo abierto formulaico, cumplidor, sin más. Pero eso no lo ha apartado de ser un superventas, de rebasar los nueve millones de copias distribuidas y de seguir dando titulares como el de hoy, casi un año después de salir a la venta. Los exclusivos seguirán teniendo peso en la próxima generación, y en su propia naturaleza deben dar cabida a nuevas IP’s, a regresos como el de Halo y, también, a marcas populares que a veces vienen de fuera, como el amigo spidey. Cómo cambiarían las cosas con este ingrediente en el menú de Microsoft.

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