El nuevo evento de Overwatch es lo que necesita el juego
Es bien sabido que la historia de Overwatch apenas se ve reflejada en lo que hacemos al jugarlo. Blizzard ha querido que sus personajes partan de un pasado en el que los conflictos a gran escala y los rifirrafes entre héroes terminaron dando pie a dos bandos enfrentados. La compañía nos habla de un mundo que vuelve a necesitar ser salvado y de una guerra a punto de estallar, pero a los mandos vemos a enemigos en el mismo equipo en partidas donde toca proteger un lugar o acompañar una carga.
No es algo que vaya a cambiar y, sinceramente, tampoco es nada grave. El juego es lo suficientemente divertido, variado, accesible y a la vez profundo como para que puedas desentenderte de ese lore que cumple una función secundaria, dedicada a los fans que siguen los cómics y a promocionar una marca que, según las cifras, vende verdaderamente bien. Aun así, agradezco la llegada de eventos como Rebelión, que no solo apuestan por el cooperativo sino que además tratan de profundizar en el pasado de cada personaje.
Como habréis advertido, el evento actual nos traslada hasta la primera misión de Tracer como miembro en activo de Overwatch. Bajo las órdenes de Soldado 76, el que otrora era conocido como el comandante Jack Morrison, la heroína londinense hace equipo junto a grandes figuras como Torbjörn, Mercy y Reinhardt para detener a un grupo de separatistas ómnicos que, deduzco, fueron las primeras muestras de una guerra que terminó estallando y que establece un punto clave en toda la historia, al ser el detonante del 'posicionamiento ideológico' de muchos personajes en el presente.
En esencia no es más que un reaprovechamiento de un mapa que ya existe en el juego, King’s Row, por el que debemos ir desplazándonos de un lugar a otro, limpiando distintas oleadas de enemigos y transportando una carga del punto A al punto B. Nada nuevo, en realidad. La gracia de todo recae en que es un evento cooperativo contra la IA, como ya lo fue el de Halloween, pero que además ha querido ser algo más y nos permite vivir en carnes el pasado de algunos de los personajes del juego.
No digo que a partir de ahora todos los eventos deban reproducir el actual, es evidente que la base del juego da para más y que Blizzard debe romperse la cabeza incorporando nuevos modos competitivos como ya lo intentó con la captura de banderas, pero ojalá Jeff Kaplan y compañía tengan a bien el volver a ampliar la historia del juego más allá de los cómics, jugando. Overwatch seguirá siendo un título con disonancias entre lo que nos cuenta y lo que jugamos, pero con novedades como esta tendrá un poco más de coherencia y será todavía más divertido de lo que ya es.
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