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"El negocio de las apps no tiene futuro"

Daniel Sánchez Crespo
Por Jaume Esteve Gutiérrez

La jornada inaugural del Gamelab de ayer fue extraña. Quizás porque se desarrollo en una sala de actos en los sótanos de un hotel en la barcelonesa Plaza Espanya, quizá porque nos habíamos quitado de encima el recuerdo de aquel pegajoso calor de la edición de 2011, quizá porque, en el fondo, lo gordo comienza mañana con las charlas de los pesos pesados que han invitado los organizadores a Barcelona.

 

Pero pese a ser una jornada extraña, una constante recordó al personal que aquello era Gamelab: Dani Sánchez Crespo. El líder de Novarama saltó al estrado, como de costumbre, con ganas de comerse a la audiencia desde el minuto uno. No hizo una de sus clásicas "Novaramacon" en las que anuncia las novedades del estudio sino que se dedicó a hablar, durante unos 50 minutos, de los modelos de negocio que funcionan en esto del videojuego y los que no. Y entre los que no funcionaban puso dos casos muy claros: el modelo de las apps a 0'79€ y el free to play de Zynga.

 

"Las apps no tienen futuro, no me lo creo. Nos venden las apps como un mundo de luz y color, pero para hacer una app digna necesitas 90.000 €. Mirad Angry Birds, costó 100.000 €. Si quieres conseguir un retorno a la altura del que puedes conseguir en un videojuego que venga 400.000 copias necesitas 18 millones de descargas. Con unas 50.000, que es una buena cifra, a 0'79€, tienes dinero para montar un estudio con tres personas durante cuatro meses", pronostica Crespo. Las palabras son lapidarias y con un tipo con el magnetismo que tiene el catalán sobre el escenario, parecía difícil contradecirle.

 

FarmVille

 

"Existen juegos free to play horribles que quieren que pagues para desbloquear contenidos aún más horribles"

 

La alternativa a ese mercado de apps pasa por aumentar la calidad de los juegos, la I+D y, en definitiva, los costes de producción. Crespo vaticina que los buenos juegos para móviles y tabletas costarán entre cinco y ocho euros, una cifra que no parece nada descabellada si pensamos en productos como Infinity Blade, por ejemplo. El problema, de nuevo, romper la barrera mental que hace que los consumidores crean en el "todo gratis" por encima de cualquier otra cosa.

 

Del mundo de luz y colores, Crespo pasó al de los free to play. Un modelo de negocio que funciona, admite, siempre que no se trate al usuario como un canelo. "Los malos modelos lo son aun con los barnices de Second Life o de Zynga", comenzaba. Y ese primer dardo a la creadora de FarmVille no iba a ser el único, ya que el jefazo de Novarama se pegó un rato largo rajando cosa mala de ese modelo del antijuego. "Existen juegos free to play horribles que quieren que pagues para desbloquear contenidos aún más horribles", bromeaba.

 

El quid de la cuestión, según Crespo, es crear un núcleo de juego que sea divertido para los jugadores. "Si el núcleo funciona y entretiene a los jugadores entonces puedes vender un millón de añadidos, que funcionará", aseguraba antes de poner a Audition, Basket Dudes o World of Tanks como ejemplos de esta práctica. En definitiva, Crespo asegura que la ecuación se reduce a conseguir que el jugador sienta deseo por jugar pero sin que tenga una sensación de estar siendo consumido por el propio producto. Todo esto, en definitiva, lo dice un tipo que tiene varios millones de juegos vendidos a sus espaldas con la saga Invizimals, así que algo del negocio sabe.


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