El mundo del videojuego no es tóxico

El otro día, Bruno se marcaba un texto acerca de la toxicidad de nuestra afición y de la comunidad que la sustenta, iniciando el escrito con una frase demoladora: 'La comunidad en torno a los videojuegos es bastante tóxica'. Una toxicidad que, según mi compañero de redacción, se debe a las reaccions negativas frente a las noticias insulsas, el troleo y casos como el gamergate. Éste último, según mi compañero, hace que la comunidad de videojuegos sea especialmente tóxica frente a otras comunidades y fenómenos de la red, pues según él, sólo se ha dado en nuestra afición.

Como es obvio, estoy en total desacuerdo con él.

 

Ni tan santos. 

Me llama mucho la atención el planteamiento de mi colega de poner a la comunidad de los videojuegos en un punto de mira crítico social por 'movimientos fraticidas' que 'sólo se dan en esta afición' como 'el gamergate, el feminismo y otros temas sobre los que se intenta hablar'. Dejando a un lado que los tristes sucesos del gamergate y el feminismo -o más bien el 'machirulismo monguer'- están más que relacionados entre sí, lo cierto es que, muy al contrario de lo que apunta Bruno, la situación está mucho más jodida en otras aficiones.

 

No hay más que mirar un poquito en la web o tener un poco de experiencia en otros campos para ver hasta qué punto está jodida la sociedad y hasta qué límites puede llegar la estupidez humana a la hora de ofender, hacer escarnio público y atentar contra las libertades y derechos del resto. Ya que hablamos de la problemática social de la mujer podéis echarle un ojo a estudios como el de Feminismo y Tauromaquia, de Alicia H. Puleo, la situación que se dio el mes pasado con Ignacio Quereda y la selección nacional de fútbol femenino, que pidió su dimisión por incompetencia, acoso y comportamiento indebido; la que se lió hace poco con el reboot de Mad Max y de una obra que para muchos es un atentado a la dignidad masculina e incluso hay quien no duda en su iluminarismo demencial en conocer su naturaleza de dominación femenina. Y podríamos seguir con la situación que desencadenó el acciente de la piloto María de Villota que llevó a la corredora Carmen Jordá a saltar a la palestra criticando una situación social injusta de base en el mundo del automovilismo, y que ahora vuelve a estar de moda por su ingreso en el equipo Lotus. Y no me hagáis hablar de política...

 

 

El caso es que podría seguir poniendo ejemplos, pero baste con los mencionados y con saber que todos ellos han traido su cola de 'toxicidad' de la que habla mi compañero con sus críticas, sus insultos, sus acosos, sus ataques y todo ese movimiento fraticida que, lamentablemente, no sólo se da en los videojuegos en un caso aislado en Estados Unidos, sino que se da en múltiples casos y en nuestro pais, a pesar de tratarse de otras aficiones.

 

Ni tan demoníacos -arcoiris y gominolas-.

A estas alturas os habréis dado cuenta de que el texto de Bruno no me ha gustado. No me ha gustado porque creo que es un ejercicio de crítica que no pega con el tema a tratar y que obvia realidades mucho más duras que se dan en otras aficiones, frivolizando la gravedad de dichas realidades al hacerlas desaparecer y jugando con el doble rasero con comentarios como el de 'al margen de que la noticia sea que un videojuego ha salvado al vida de una persona deprimida o que los ejecutivos de Warner solo piensan en el dinero y ya sabían que Batman Arkham Knight estaba roto en PC', que vuelve a meter una puya en un texto que define dichas puyas como el origen de éste 'odio que nos hermana'. 

 

 

Lo siento pero no compro, porque creo que la comunidad de los videojuegos tiene mucho más bueno que malo, especialmente si la comparamos con muchas otras aficiones, y porque creo que todo el daño que se hace en internet viene devuelto, con creces, por mucho positivo y mucho hermanamiento que va más allá del odio y que entra en el campo de la afición en sí y de la lucha por los derechos y por una situación social más justa. 

 

Sin irnos muy lejos, el famoso gamergate sirvió para que poco después la industria vomitara arcoiris de colores y regalara gominolas a todos aquellos que se declararon en contra de dicha situación y abogaron por una comunidad -o un mercado- más comprometido y sincero. Yéndonos todavía más cerca, ahí tenemos a Marina Amores y su documental Mujeres + Videojuegos, en el que aboga por declarar la situación actual de la mujer en la realidad sociocultural de los vieojuegos en su lucha por alcanzar la igualdad. Ahí tenéis iniciativas como la de la fundación Juegaterapia y su eslogan tan real como demoledor: 'La quimio jugando se pasa volando'. Y podríamos ir todavía más cerca, a las partidas con los amigos y los bocatas de chopped, los juuegos online donde conoces a genta maravillosa o incluso el amor, porque a fin de cuentas, amor y videojuegos están más ceca de lo que creéis.

 

 

Aún nos queda mucho por crecer

Y Bruno tiene razón en que la comunidad pude llegar a ser muy dañina, aunque disiento en que sea peor que otras más cercanas. Sea como sea, opino que remarcar únicamente lo malo de nuestra comunidad no es la mejor manera de ayudar a este crecimiento y a anular esa faceta de masa anónima que hace que el ser humano se convierta en un completo gilipollas cuando se escuda tras un nick y una IP variable en una red social. 

 

Hay que saber apuntar también lo positivo: Es una putada que el documental Mujeres + Videojuegos tenga que tener los comentarios desactivados por culpa de cuatro carajotes que no entienden el concepto de libertad, pero mirar sólo a esos cuatro carajotes como 'tóxica comunidad de vieojugadores' es un error en sí mismo: También habría que mirar a Marina y su excelente trabajo documental como 'brillante comunidad de videojugadores'. Son los imbeciles sin cerebro de tecla rápida los que ayudan a que iniciativas como las mencionadas destaquen por su magnífica labor, y no podemos olvidar que Marina Amores, Juegaterapia, el chico que le regala su premio en un torneo al perdedor porque él ya tiene la consola o el colega que te ayuda en los primeros niveles de tu MMO favorito son también integrantes de esta comunidad, personas que ayudan a que podamos respirar y ver que hay un futuro mejor más allá.

 

 

Pero al futuro se llega luchando  

Y para luchar hay que señalar y criticar lo que no acaba de funcionar del todo bien en la industria. No podemos apoltronarnos en el 'todochachismo' y el 'arcorisimo de gominolas' para no dar bilis al que ya la produce con creces, pues nuestro trabajo es señalar tanto los aciertos como los errores. Si vamos a convertirnos en un panfleto del todo mola, podemos cambiar el nombre de la web al del catálogo de Game y reconvertirnos de redactores a publicistas. 

Y ese no es el camino. 

 

¡Nos leemos!

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