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El momento más inolvidable e inspirado de The Last of Us

¿Cuál es el tuyo?
Por Álex Pareja

Este artículo contiene spoilers de The Last of Us.

 

Elegir un solo momento de esta obra es muy difícil. The Last of Us está repleto de momentos inolvidables y estoy seguro de que todos tenéis alguno especial en la cabeza. Yo me quedo con uno que no resulta el más espectacular ni relevante para la historia, pero sí lo es para definir y resumir uno de los elementos clave de su propuesta: contar una relación entre dos personajes mientras el jugador mantiene el control, con finura y maestría. Neil Druckmann y Bruce Straley, por encima de todo y antes de que la propia obra tuviese forma, querían que ese fuese el pilar fundamental con el que cimentar el resto de la experiencia. 

 

Cuando has jugado unas diez horas y encaras el último tramo del juego, Joel y Ellie entran en una estación de autobuses. Su destino está cerca, sólo tienen que hacer un último esfuerzo. Sin embargo, desde que comenzamos este último capítulo notamos a Ellie decaída, apenas responde a Joel, que se muestra entusiasmado y abierto como nunca antes. No es la primera vez durante la aventura que Ellie muestra su estado de ánimo con su lenguaje corporal y con sus respuestas, pero esto dará un paso adelante en los próximos minutos. 

 

Una vez que recorremos la estación en busca de suministros y la mejor ruta para proseguir, observamos que hay una zona alta con una escalera que sobresale. Ideal para volver a repetir una acción que habremos hecho decenas de veces en las últimas horas: aupar a Ellie para que nos baje esta herramienta y ambos podamos continuar. Pero resulta magistral cómo, al pulsar el botón triángulo para realizar esta acción cooperativa mecánica a la que llevamos muchas horas acostumbrados, Ellie no acude a nuestra llamada. La cámara se gira lentamente y la vemos a unos metros, sentada, ensimismada, mostrando todavía su estado decaído. Joel tiene que llamarla hasta que reacciona y, por fin, se puede realizar la acción. 

 

 

Estamos hablando de una clase maestra de Naughty Dog que, para mí, pone el broche final a esa relación que se va construyendo durante todo el juego. Ese pequeño detalle podía haberse quedado en una simple anécdota con los diálogos anteriores, mientras caminamos junto a ella, o se podía haber realizado una secuencia cinemática que mostrara esto mismo de forma más directa. Sin embargo, se recurre a la interacción y a la asimilación mecánica del jugador para que note que algo extraño sucede. Por primera vez en muchas horas una acción cooperativa tradicional no se produce debido al estado personal de Ellie. Es uno de los muchos ejemplos que demuestran cómo Naughty Dog aprovecha el medio del videojuego para narrar su historia. Todavía recuerdo esa tarde de 2013 cuando quedé boquiabierto ante esta genialidad. Y lo mejor es que esta escena continúa. 

 

Una vez que Ellie consigue reaccionar y sube a la plataforma esperamos que nos tire la escalera para que podamos avanzar, como hemos hecho otras tantas veces. Sin embargo, escuchamos su grito, la escalera cae de golpe y notamos cómo Ellie sale corriendo fuera de nuestro campo visual. ¿Qué está pasando? Subimos con velocidad para comprobar qué ha ocurrido y para cerciorarnos de que Ellie está bien, lo más importante para nosotros (tanto para Joel como para el jugador) en ese momento. Parece que no ha ocurrido nada malo, pero no para de correr mientras nos llama: algo parece haberla sorprendido inmensamente y, lo más importante, ha conseguido levantar su ánimo. Tras unos instantes de persecución vemos la razón de esta reacción, que también forma parte de los momentos más bellos e inolvidables de The Last of Us: una jirafa se acerca al orificio roto del edificio donde nos encontramos para comer la vegetación que ha crecido a lo largo de los años. Ellie nunca había visto a este tipo de animales, nació en este mundo trágico y devastado, y por fin vemos su entusiasmo más infantil y mágico. Tras eso nos quedan unos minutos que Joel y Ellie probablemente no olvidarán jamás. Unos instantes hermosos y felices que los dos comparten tras tanta locura y tragedia. 

 

The Last of Us Mejor momento

 

The Last of Us nos muestra en estos minutos y durante este capítulo muchas de sus enormes virtudes, todas juntas. Por un lado vemos cómo la relación entre Joel y Ellie se desarrolla sin cinemáticas ni intermediarios, solo están los dos y nosotros, con el mando. El instante mágico de la cooperación mecánica que no se activa, para mostrar el estado de Ellie, es sublime. Finalmente, el pico de emociones se dispara con el descubrimiento de los animales, que también sirve para mostrar al jugador que la relación entre ambos ya ha alcanzado el pico máximo de toda la aventura. La complicidad entre ambos es total y Joel por fin ha aceptado a Ellie. Minutos después esto sigue avanzando al demostrar que no le importa hablar sobre la muerte de su hija con ella, abrazando y dando sentido a los sucesos que desencadenarán minutos después el final de la historia. 

 

Podríamos hablar durante horas sobre los pequeños y grandes detalles que hacen que esta obra se sienta tan especial. Todos tenemos en el recuerdo los momentos que más nos impactaron y emocionaron. Pero yo me quedo con estos minutos donde The Last of Us, hace casi una década, demuestra que se puede construir con maestría la relación entre dos personajes y mostrar su estado sin que el jugador suelte el mando, a través de este tipo de interacciones. 


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