El modo territorial de Splatoon 2 y la frustración
¿Nos cuesta desquitarnos de la idea de eliminar al rival para ganar? Splatoon 2 es un juego que sirve de ejemplo para demostrar que Nintendo siempre intenta subvertir las ideas preestablecidas que tenemos de un género, más cuando el mismo se relaciona con la violencia. Los de Kioto hace tiempo que comulgan con la filosofía del ‘juego para todas las edades’ y es algo bien reflejado en su último y primer shooter competitivo en tercera persona.
Porque Splatoon 2 no va de matar al enemigo. Las partidas podrían terminar sin bajas en cada bando y seguiría quedando claro quién ha ganado, independientemente de si hablamos del modo territorial o de los tres del competitivo. Aquí lo que importa es el terreno entintado y cuánto contribuyes a que el mapa esté de tu color, pero algo se nos escapa; tenemos demasiado arraigada la idea del contador de bajas y puede verse claramente en las partidas amistosas.
No importa el nivel que tenga tu equipo. La gran mayoría de las partidas territoriales empiezan con los dos equipos yendo a la zona central para establecer la línea de combate, donde es fácil ver alguna de las rutas alternativas totalmente sin entintar. Es un problema del que te preocupas si te eliminan, haciendo que tu regreso hasta la zona de guerra rellene esas partes olvidadas mientras también hace lo propio con tu indicador especial. Pero no verás a nadie dando media vuelta. Todo lo contrario. Siempre que pueda, cada equipo entrará hasta la cocina del bando rival.
Es un gustazo que un juego competitivo con disparos no tenga las bajas enemigas como requisito indispensable para ganar, pero quizás estamos demasiado acostumbrados a lo contrario. Para más inri, el modo territorial es el quick play por defecto de Splatoon 2. Se entiende que haya gente que solo entre a lucirse o jugadores más preocupados en probar nuevas armas y equipo, porque no hay otro lugar donde hacerlo contra jugadores reales o contra la IA. ¿Cuál es resultado de todo? La frustración más absoluta al ver que el modo que mejor ejemplifica la genialidad que supone esta franquicia no termina de entenderse.
Ay de los malos vicios, de las costumbres que a veces son manías. No puedes pedirle al jugador que colabore como debería; debe salir de él. Soy de los que disfruta más entintando el escenario que yendo a por el rival y creo que Nintendo intenta potenciar lo primero, por lo fácil que resulta que se produzca un doble K.O. y el riesgo que implica ir de atacante. Todo es cuestión de disfrutar disparando y, por una vez, darse cuenta de que el objetivo es otro.
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