El Modo Campaña de Battlefield V: sigilo, sandbox y toques de Bad Company

A una semana de su lanzamiento el 20 de noviembre, Battlefield V muestra sus bondades en Xbox One y PC a través de las suscripciones EA Access y EA Origins. Tras poner las manos en la versión de Xbox One X y pasar cinco de las diez horas de la cata dedicado en exclusiva a su modo campaña, os traigo una buena noticia: si echásteis de menos el Modo Campaña en Call of Duty Black Ops IIII, Battlefield V parece decidida a suplirlo de sobra con el suyo ofreciendo una mezcla de jugabilidad actual, sandbox, escenario abierto, sigilo y estilo Bad Company que son, en conjunto, pura adrenalina. 

 

 

Tras la senda de Lawrence

Si tuvisteis la suerte de jugar a Battlefield I, sin duda recordaréis la última misión de la primera campaña en solitario: Lawrence de Arabia. Una misión que recogía todo lo bueno que habíamos estado jugando a lo largo de la campaña y que nos ofrecía un inmenso desierto plagado de aldeas, localizaciones y rincones en los que desplegar nuestras habilidades bélicas cumpliendo tres objetivos muy dispares.

 

Sin Banderas, la misión de Battlefield V que incluye el EA Access, bebe directamente de la filosofía de Lawrence de Arabia colocándonos en la piel de un ex-atracador de bancos reconvertido a miembro de las fuerzas especiales. Lo que comienza siendo una misión sencilla se trunca y nos obliga a enfrentarnos solos a varias misiones que se van desplegando junto a la narración de la historia y nos ofrece un inmenso escenario, el norte de África en 1942, en el que ir cumpliendo distintos objetivos a voluntad.

 

 

Más sandbox que nunca

Lo visto me demuestra que DICE vuelve a ser DICE en un juego que necesitaba un buen modo campaña en solitario para marcar la diferencia y Battlefield V lo consigue superando el listón con nota de sobra. Al aspecto impecable de todo lo que vemos en pantalla se une una historia digna de las viejas pelis bélicas americanas y un escenario a explotar a nuestro gusto cumpliendo las misiones en el orden y la forma que deseemos. Algunos elementos comunes como el marcado de enemigos vía prismáticos y la posibilidad de eliminar las alarmas y los puestos de radios se alejan de convertir la experiencia en algo rutinario al ofrecer mayor realismo y credibilidad en las diversas situaciones que viviremos a lo largo de una aventura con un alto componente de rejugabilidad. 

 

Para que os hagáis una idea, en un momento dado tenemos que sabotear determinados alijos enemigos, y podremos hacerlo usando el sigilo e infiltrándonos para colocar explosivos temporales o a distancia, disparando de lejos con un lanzamisiles, eliminando a los enemigos en modo francotirador y luego lanzando una simple granada, entrando por las bravas al más puro estilo Battlefield o robando un caza bombardero Stuka e intercalando brillantes combates aéreos con el ataque aire tierra a los puntos en cuestión. Por si esto fuera poco, el escenario recupera la importancia que impuso en su momento Battlefield Bad Company al mostrar un terreno plagado de desniveles, montañas y edificios en los que podemos entrar, ocultarnos, realizar emboscadas y, si nos molestan para alcanzar nuestro objetivo, dinamitar o derribar de un pepinazo para tener linea de visión directa con el punto que nos interesa.  

 

 

Segunda guerra mundial de verdad

Todo esto se une a un motor de sigilo más elaborado, una IA más interesante que intenta evitar a los enemigos que miran a la pared huyendo de ofrecer una ruta segura al estar vigilando de forma constante -y lógica- los puntos calientes de bases, hangares y campamentos. Un sigilo puñetero que se da la mano con un intento de retratar la Segunda Guerra Mundial de forma fidedigna a través del armamento y las situaciones que viviremos en Battlefield V. Olvidaos de recargar en carrera, tener una precisión de lujo o contar con munición casi infinita: en Battlefield V las armas tienen un retroceso del demonio, pierden precisión si estáis de pie, tardan media vida en ser recargadas e incluso, algunas, no nos permiten apuntar con la mirilla a no ser que estemos tumbados. 

 

El resumen de todo este conjunto de elementos dispares es un modo campaña que cumple de sobra con varias formas de afrontar los retos, un buen puñado de coleccionables, la necesidad de planear bien nuestros movimientos y la obligación de estar siempre bien equipados de cara a qué será lo siguiente que tengamos que encarar en una guerra que huye de la imagen del héroe y apuesta por la del superviviente. Por ahora, lo visto de Battlefield V me convence. A la espera de probar el multijugador y de echar un ojo al producto final, me atrevo a decir que estamos ante otro grande de la compañía, posiblemente el más grande de los últimos tiempos. 

 

¡Nos leemos!

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