El modelo de análisis actual nos hace parecer idiotas

Circulaba por la red un artículo escrito en la web Something Awful en el que analizaba la película World War Z como si de una crítica de videojuegos normal se tratase. Creo que sería interesante que más que compartir se hablase claro y se dejasen de lado algunas de las lagunas que han llevado al medio a convertir su modelo de reseña en un auténtico aburrimiento nada imaginativo que no lleva a ninguna parte.

Creo que mientras exista gente que siga valorando más el hecho de que un análisis tenga 3000 palabras frente a uno conciso y directo de 1000, estaremos equivocando nuestro trabajo y nuestro deber de recomendar, siempre desde nuestro prisma y aceptando nuestras limitaciones, lo que el lector debería o no invertir en su tienda más cercana. Para que se dé ese caso, por cierto, no basta con un ejercicio de re-educación por parte de los propios periodistas y aficionados que se animen a coger un boli virtual y vomitar sus ideas: hace falta también un esfuerzo por parte del lector para asimilar varias cosas.

La primera es que debe aceptar que su videojuego favorito, llámalo X, puede no gustar al que ha escrito el texto, y mientras dilapidemos cualquier opinión contraria a la de un crítico por el mero hecho de no coincidir con la nuestra, estaremos enterrando un nuevo estilo de análisis que podría ser interesante y que, de hecho, creo que puedo afirmar que estamos intentando llevar a cabo en cada uno de los proyectos en los que participo. Otra cosa sería meter a un ignorante a opinar de algo que no sabe, pero eso ya es un suicidio profesional, no una opinión válida.

En esos (normalmente, cuidado) infumables textos de 3000 palabras no se conforman en meternos con calzador algunas de sus tonterías de friki que no importan prácticamente a nadie y que están más cerca de un trabajo de biografía e historia de nuestro medio que de una reseña de UN videojuego, es que además toman al jugador por un tipo que no ha tocado un pad en su vida. ¿Por qué me tiene que explicar un periodista que con la X se dispara y que con la Y se recarga? ¿Acaso eso es importante en una reseña? ¿O es que ha debido rellenar el texto con añadidos de lo más idiota para poder acabar cobrando su jornal? Ahí, entonces, estamos tocando hueso también: quizás el culpable de la historia presente sean los libros de estilo de los propios medios.

Hemos detectado algo en los últimos meses: textos como el que os servimos por aquí explicando el final de Mass Effect o Bioshock Infinite y propiciando debate fueron muy bien recibidos por los amigos lectores de MundoGamers que ya se pasaron el juego y buscaron una reflexión sobre el producto más allá del mero y aburrido tutorial. Lejos del propio análisis, a veces, nuestros lectores no necesitan leernos para saber que se van a comprar un juego u otro, y luego acuden a su medio o redactor favorito para conocer su opinión por mero placer, y esa lectura a menudo la obviamos. Eso es otra forma de escribir reseña, y por cierto, muy interesante y bastante descuidada por muchos medios, si me permitís la osadía.

El análisis de la película como un videojuego nos hace parecer tontos. Es así de simple, pero muchos nos hemos encontrado un modelo de reseña y notas heredado por gente que podía importarle el videojuego lo mismo que a ti o a mí el baile regional de Tahití, por lo que es resulta difícil lidiar con más de quince años de mala gana, notas altas y una terrible praxis. Si encima, no contamos con vuestra ayuda, el reto se vuelve titánico. No obstante, seguiremos intentándolo, ese es nuestro compromiso.