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El miedo a las nuevas franquicias, tan justificable como absurdo

Amante de su trabajo
Por Toni Piedrabuena

Pues resulta que Watch Dogs ha vendido 4 millones de copias en su primera semana. Es el juego de Ubisoft que mejor ha rendido en sus primeras 24 horas, es decir, ha vendido más en un día que lo que vendió Assassin's Creed IV, algo sorprendente para mi persona. Y también es la nueva IP que mejor ha vendido en su primera semana de vida de la historia de la industria. Esto son palabras mayores, ¿eh? 

 

Las ventas iniciales de Watch Dogs me han evocado un viejo tema que nunca muere: ¿por qué no se sacan nuevas franquicias más a menudo? Todo el mundo – decir esto es una falacia de libro, porque solo los que estamos pendientes del mundo del videojuego estamos cansados de secuelas, y ni eso – está cansado de ver entregas que van por la quinta o la decimotercera entrega. La gente quiere cosas nuevas, pero la industria no siempre responde como es debido.

 

Existe un miedo a lo nuevo porque lo nuevo, oh, no vende. Los jugadores menos activos, es decir, los que compran el FIFA, el Call of Duty y un juego más cada año; no compran juegos nuevos, son dados a comprar su entrega anual favorita y olvidarse de las videoconsolas salvo para matar el rato. No pasa nada: yo consumo así los libros de detectives, por ejemplo. Así que entiendo que las compañías tengan miedo.

 

 

Lo que no entiendo es que tengan tan pocas luces. Y no es que Watch Dogs sea un faro a seguir, porque jugablemente es una basura, pero es una nueva franquicia que llega cuando deben llegar estas: al principio de la generación.

 

Si damos un salto de 8 años atrás, veremos que PS3 y Xbox 360 se estrenaron con un montón de nuevos nombres bajo el brazo: Gears of War, Mass Effect, Assassin's Creed, Uncharted... Son solo cuatro nombres, pero son cuatro nombres que a día de hoy son inmensos, son franquicias multimillonarias que venden una auténtica burrada.

 

 

Sí, también existían Call of Duty 4 y GTA IV y Final Fantasy XIII, y todos vendieron de fábula, pero resulta que la coexistencia es posible. Es más, lanzar nuevas IPs es lo mejor que pueden hacer las compañías al comienzo de una generación pues se aseguran que así no se pasarán de moda y que podrán probar o imponer cosas nuevas que funcionarán durante el resto de dicha etapa. Por eso existen cosas como Evolve, Destiny o Watch Dogs.

 

Que las compañías se quiten un poquito el miedo a lanzar nombres desconocidos al principio de la generación, que cuando menos juegos hay es cuando las nuevas caras más llaman la atención. ¿Qué sería de esta pasada generación si Ubi no se hubiera atrevido con Assassin's Creed o Naughty Dog con Uncharted? 


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