El merecido ascenso de Ono en Capcom

Nadie duda que por méritos y trabajo en los últimos cinco años, Yoshinori Ono merecía hacer la puesta en escena de Capcom en el PlayStation Meeting del pasado 20M, pero eso no quita que nos extrañara ver al simpático nipón presentando el nuevo motor de la firma, Pantha Rhei, y el que es, de momento, el primer videojuego confirmado por la compañía, Deep Down. Creo que tras conocer la noticia de su ascenso se han contestado muchas de las dudas que podíamos tener un principio ante dicho acontecimiento.

El nuevo puesto de Ono es el de Corporate Officer, o lo que es lo mismo, mayor responsabilidad en una de las marcas más importantes de la industria. Nadie duda del trabajo de Ono, que fue hospitalizado hace unos meses en pleno tour mundial de presentación de Street Fighter X Tekken. Dicha circunstancia que le obligó a tomar un descanso detrás de la mesa de su oficina, pero una vez recuperado ya parece listo para tomar, incluso, más trabajo del que tenía antes. En todo caso, y conociendo algunos de los entresijos de los de Osaka, me alegro y mucho de la confianza que muestran ante su persona.

Ono es una de las personalidades de la compañía con más tiempo en ella y por él han pasado muchos hits importantes de los últimos diez años. Además de trabajar en juegos como Chaos Legion, el peculiar Shadow of Rome o la última entrega de Onimusha aparecida hasta la fecha, Dawn of Dreams, se le conoce por el mérito de resucitar Street Fighter tras muchos años de letargo y silencio, precisamente, tras Capcom Fighting Jam, otro juego en el que también estuvo involucrado. ¿Quién nos lo iba a decir tras probar semejante despropósito? La vida da muchas vueltas.

Aunque he tratado con unos pocos productores japoneses en los últimos años, con pocos he disfrutado tanto como lo hice con Ono en Madrid, precisamente, con la presentación del crossover con la franquicia de Namco. Un peso pesado en Capcom, pero cercano, directo y profeso de un amor absoluto por su trabajo y sus obras: genio y figura, os lo garantizo. La imagen del japonés enfundado con el traje de Chun-Li o Poison podría dar a pensar que no estamos ante una persona muy seria, pero me parece que es de los japoneses más conscientes de los engranajes actuales de la industria sin olvidar ni dejar de lado sus raíces.