El lanzamiento de Sonic Mania tiene que ofrecernos honestidad
El 15 de agosto es el lanzamiento de Sonic Mania, un título que espero con muchas ganas y del que puede ser difícil saber que se va a encontrar uno en él realmente. A diferencia de tantos otros proyectos con el erizo de por medio, Sonic Mania no tiene la intención de redefinir al personaje o plantear un nuevo comienzo para él, tampoco quiere añadir nuevas mecánicas u ofrecer extraños juegos de cámara ni experimentos obtusos. Entonces, ¿solo quiere ser un nuevo paquete de niveles inspirados en los Sonic de Megadrive? No exactamente.
Sonic Mania es un proceso de limpieza, de eliminar todo lo innecesario del personaje en su faceta 2D, de las terribles mecánicas torpes como el homming attack, y todo para descubrir cómo profundizar realmente en el personaje y en sus virtudes. Sonic Mania se queda con las capas protectoras de Sonic 3, con la velocidad de Sonic 2 y con el planteamiento de niveles del Sonic original, haciéndole algún guiño a Sonic CD.
Esto quiere decir que el acercamiento correcto a este juego parte de querer analizar todo lo malo que se ha inyectado en Sonic, porque eso no estará aquí. Tras ese proceso de limpieza se inician nuevas propuestas de diseño que, como hemos visto en los trailers, se centran en la reconstrucción de los escenarios clásicos y del enfrentamiento con enemigos de maneras originales.
En relación a lo primero hay que destacar la no linealidad que hace que caernos de la pista por la que corremos significa desembocar en otra, también la aparición de elementos extraños que nos frenan y nos hacen saltar, nos lo impiden o nos proponen nuevas dinámicas. En cuanto a lo segundo, hemos de prestar atención a cómo se han dispuesto los enemigos comunes y también los jefes de área, ¿cómo son capaces de enriquecer la carrera de Sonic? ¿Cómo la frenan, cómo la aceleran?
Para mí, este videojuego es pura sensatez hecha título. Sonic Mania apunta a ser una honesta reflexión acerca de las posibilidades del personaje, una eliminación de todo lo que sucedió tras la tercera entrega numerada de la serie para reencontrarse con su esencia y empezar a trabajar desde ahí.
Y esto es exactamente lo que tenemos que esperar del lanzamiento de Sonic Mania: sinceridad y honestidad, una exploración arqueológica que busca la respuesta a la pregunta: ¿merece la pena seguir desarrolando con este personaje para ofrecerle algo potable a un público hardcore? ¿Nos rendimos y se lo cedemos a los niños de criterio moderado y al capitalismo smartphoniano? La respuesta la tendremos la semana que viene.
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