El lado bueno de la controversia de Ubisoft

Ubisoft anda de un sembrao últimamente que da gusto verlos. Primero sale Watch Dogs y resulta que no estaba a la altura de lo prometido, luego tenemos la controversia de la carátula de Far Cry 4, después la polémica de los personajes femeninos en Assassin’s Creed Unity y ahora va y resulta que los gráficos que mostró Watch Dogs en el E3 realmente están metidos en el juego de PC, solo que hay que trastear con él para “desbloquearlos”. Sigo pensando que Rainbow Six Siege es un juego prometedor porque lo es, pero también es cierto que la gente comentó con un cinismo cómico que no tardaríamos en ver el inevitable downgrade de ese juego de disparos y nos llevaríamos otro chasco.

 

Me gusta esta actitud.

 

No, no me gusta porque odiemos a Ubisoft. Es un estudio como otro cualquiera y uno que al menos se digna a sacar juegos nuevos y títulos independientes distintos de lo que vemos en el panorama AAA. No tengo nada personal contra ellos, pero todas las controversias que han rodeado a la compañía durante estas últimas semanas (¿o son ya meses?) me han puesto cuanto menos nervioso y me están gustando algunas reacciones que salen de ellas. La tradición en este nuestro querido medio es la de seguir el rollo: decir que sí, aceptar las versiones oficiales y esperar que todo salga bien. Pero como dijo Louis CK: “¿Por qué iba a pasar nada bueno?”.

 

Centrémonos en el caso de Unity. Ya tengo otro artículo hablando sobre esta materia, de modo que me centraré en el acto de comunicación. Mi principal problema con el hecho de que no haya asesinos hembra en este caso sería la explicación tan estúpida que dio Ubisoft. “Una realidad del desarrollo moderno”, dicen. En Psi-Ops: The Mindgate Conspiracy podías cambiar el modelo de tu personaje sin ningún problema utilizando trucos, igual que en el primer juego de Spiderman. Estamos hablando de PlayStation 2 ¿tan difícil es hacer un reskin?

 

 

Esto es similar a otra respuesta que oí en una entrevista reciente con Yves Guillemont: “Tenemos que tener las companion apps, la transición ágil entre online y offline. Tenemos que asegurarnos de que los servidores funcionan las 24 horas y que todo funciona perfectamente cuando lanzamos el juego”. Esa es la respuesta que dio a GamesIndustry International cuando se le preguntó sobre el aumento de los costes en la nueva generación. Lo que viene a decir es: “los videojuegos de generación cuestan más porque tenemos que forzar varios elementos opcionales que no contribuyen al título”. Sí, gracias por haber metido esa sección del tanque-araña en Watch Dogs. Ha sido determinante a la hora de decidir qué nota le iba a poner.

 

Lo que me molesta de esta situación, de las acciones recientes de Ubisoft, es que nos toman por idiotas. Jim Sterling dice lo mismo que yo en su vídeo de hoy, de modo que podéis llamarme poco original, pero prácticamente puede considerarse como un hecho, que si dicen que un juego perteneciente a una saga multimillonaria que va por su sexta entrega en plataformas de sobremesa no puede permitirse añadir un modelo femenino para las partidas multijugador cooperativo porque consumiría demasiado tiempo, entonces nos ven como imbéciles. Especialmente si tenemos en cuenta que Unity probablemente tenga un modo multijugador competitivo donde habrá modelos de asesinas, al igual que los ha habido en los anteriores títulos.

 

Decidlo. Decid “no hemos metido un personaje femenino porque nadie cree que sea una inversión que merece la pena” o “no hemos metido un personaje femenino porque los ejecutivos piensan que las mujeres no juegan” o “íbamos a hacerlo, pero teníamos que asegurarnos de que las cabezas cortadas en la demo del E3 quedasen bien y si ahora nos desviamos de las tareas que tenemos asignadas nos azotan con un látigo”. Al menos no quedaréis como unos idiotas. Ya sabemos que desarrollar un juego con personajes femeninos es jodido: nos lo dijeron los de Dontod. Si hubieran salido y dicho “los ejecutivos de Ubisoft no creían en ello” al menos no pensaríamos mal del equipo. De la polémica no os libráis porque seguiría siendo una ausencia de un personaje femenino por motivos externos al artístico, algo que tal y como está la situación es muy difícil de esquivar con gracilidad, pero al menos amortigua parte del golpe porque el debate se desvía de vosotros a la industria en general.

 

Lo que me gusta de la actitud del público y la prensa de ahora es que hay una respuesta. Hay acritud, hay cinismo. Y es bueno que haya cinismo después de verlo todo bien, de puntuar a lo alto e impulsar el hype a niveles estratosféricos. De vez en cuando ver el lado oscuro de la vida y sentarse en mi rincón sombrío donde nos quejamos de todo puede ser refrescante porque nos recuerda que estos hombres no son santos y que la única realidad del desarrollo es que tergiversarán la información. No mentir: tergiversar. Ese es el espíritu del periodismo: el cuestionarse las versiones oficiales, el querer trascender las primeras informaciones para ir a la verdad, el concienciar al público.

 

Prácticamente lo estamos haciendo.

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