El juego táctil de Bayonetta 2 le quita encanto
Desde que Nintendo anunció que tendría la segunda entrega de Bayonetta en exclusiva para su Wii U los fans de la compañía se han frotado las manos esperando qué aportaciones tendría la consola consola para el título. Y hace poco pudimos probar el juego para escrutar las diferencias con su primera parte.
Lo cierto es que, si la primera entrega nos dejó satisfechos con su jugabilidad y potencia innovadora para el género, este Bayonetta 2 resulta aún más frenético. Nuevos y originales enemigos, como los ángeles a caballo, otros más grandes y fuertes. Por supuesto tenemos los típicos enemigos enormes con los que nos tiraremos largo rato a tiros y golpes. Así es como nos enfrentamos, con las nuevas armas. Tenemos las clásicas pistolas en manos y pies, con las que nos vamos moviendo realizando piruetas a tiro limpio. Por otro lado también podremos cambiar a la espada.
Aparte de monstruos y armas, algo ha cambiado con respecto a la jugabilidad. Los enfrentamientos se han convertido en una experiencia más pausada. Continuamos moviéndonos rápido y realizando atacando a ráfagas, pero entra en juego un aumento de la importancia de los esquives. Esto no nos resta la velocidad a la acción, simplemente enfatiza la estrategia y acentúa los sentidos. Para, observa todos los movimientos de los enemigos y prevé su reacción.
A pesar del cambio de look de la protagonista, su pelo continúa siendo una parte importante de la lucha. Tenemos la habilidad Climax en que una melena toma forma de bestia demoniaca y realiza golpes críticos. Esencial para los monstruos más poderosos. En realidad, junto con el impresionante diseño de personajes y el transcurso de la acción, estas habilidades y transformaciones juegan un papel esencial a la hora de transmitir esa espectacularidad que Platinum Games ha querido aportar.
Pero hay un concepto que nos genera una mueca al ponernos a los mandos del título. Para aprovechar las características de Wii U, se nos permite elegir entre el control analógico tradicional o pasar a manejarlo con la pantalla táctil. Era evidente que el GamePad iba a ser aprovechado al máximo pero, quien ha jugado a la primera parte, sabe que necesita utilizar los sticks y los botones para sacar partido a la jugabilidad. Cuando elegimos el control táctil, nos encontramos con la mirada fija en el mando y pulsando con el dedo en los enemigos que aparecen en él. Para esquivarlos, deslizamos el dedo hacia el lado al que queremos movernos y para las habilidades especiales, deberemos marcar los símbolos que nos aparezcan con la mayor rapidez posible.
¿Por qué introducir en un juego como Bayonetta 2 un sistema de juego que reduce la experiencia propia? Sí, es cierto que ya que tenemos la posibilidad, ¿por qué no aprovecharla? Pero no cabe duda que no es lo mismo pulsar una pantalla que realizar los combos de forma manual, con los botones. ¿Realmente el amante de Bayonetta se decidirá por darle una oportunidad a este nuevo sistema de control, pudiendo sacrificar un clásico que potenciaba la estrategia durante la partida?
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