El incesante goteo de Durango

¿Queda alguien que no sepa nada acerca de la próxima consola de Microsoft? Aparentemente, la propia Microsoft, que guarda un silencio sepulcral.

La historia tiene guasa porque en estas últimas semanas el tema Durango se está poniendo muy, muy calentito. Filtraciones de los kits de desarrollo, imágenes de la interfaz... La traca final ha llegado cuando esta semana se ha subastado uno de los supuestos kits de desarrollo que habían aparecido y también se ha visto una imagen de lo que podría ser el nuevo Kinect.

Ante toda esta avalancha, Microsoft no dice ni mú. Lo único que hemos sabido, y que algunos medios han intentado vender como novedad, es que la compañía ha confirmado la próxima consola después de asegurar que Skype estaría integrada en ella... cuando la oferta de trabajo que lo anunciaba se publicó hace unos meses.

Si bien todo indica a que a finales del año que viene veremos la consola, la táctica de Microsoft al respecto está siendo de manual: callar y negar cualquier rumor que pueda dar por hecha la existencia de la máquina y, con ello, arruinar el hype del anuncio. ¿Por qué este empeño? Muy sencillo, por no arruinar su campaña navideña de 2012. Con Kinect más que amortizado, este es un año centrado en el software. Microsoft lo ha dejado claro con su apuesta descarada por Halo 4 y por el nuevo Forza. 

Contra la creencia extendida de que los de Redmond anunciarán hardware en el E3 para no venderlo hasta un año y medio después, voy a mojarme y a dar por hecho que sabremos del anuncio a primeros del año que viene para vivir un 2013 de subidón perpetuo ante las novedades que se avecinan. 360, sin ir más lejos, no se anunció en la feria angelina y una táctica como la de Nintendo o Sony con sus últimas consolas me parece más perjudicial que beneficiosa porque alarga en exceso la espera hasta el nuevo hardware. Pensad, si no, en Apple y sus anuncios: en determinadas ocasiones, reducir las esperas, hace que las masas salgan a por las novedades con inusitado fervor.