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El formato indie triple A de Hellblade funciona

Lo mejor de cada lado
Por Julián Plaza

Cuanto más presupuesto dediques a un videojuego, más público deberás tener en cuenta. Es una cuestión de pura aritmética, mayor coste equivale a mayor riesgo, por lo que ampliar el espectro de potenciales compradores con un producto que atraiga a cuantos más mejor es algo imprescindible. Capital, si me permitís el chiste fácil. Suena paradójico, pero tener más dinero también es una limitación porque si quieres ofrecer algo experimental, atípico y con un marcado sello de autor tendrás que buscar otras vías; las grandes inversiones van a por el blockbuster asegurado.


En ese terreno tenemos a los indies, los videojuegos con una inversión menor y diseñados por equipos pequeños que sí pueden permitirse el lujo -y la obligación- de ser distintos. Pero en Ninja Theory, un equipo que sabe lo que es trabajar en melocotonazos como DmC: Devil May Cry bajo el amparo de Capcom pero también lo que suponen los proyectos más pequeños como su Fightback para iOS, nos hablan de un modelo a caballo entre ambas realidades. El indie triple A, la seña de identidad de su Hellblade: Senua’s Sacrifice.

 

HB


También hay que apuntar que en NT no han inventado la sopa de ajo, otros estudios les han precedido con estrategias que tampoco encajan en ningún lugar. Ahí están el Star Citizen de los más de cien millones de dólares de financiación, o el No Man’s Sky de la campaña de publicidad que lo llevó al Late Show de Stephen Colbert, pero sí es cierto que el caso de Hellblade sigue siendo único. A los mandos tienes la sensación de estar jugando a un lanzamiento con los más altos valores de producción, solo que la experiencia es inferior a las diez horas, tiene un mensaje atípico y te ha costado la mitad.


Si hay algo que estamos echando en falta en los grandes lanzamientos actuales es esa pizca de implicación a la hora de ir más allá, de encontrar personajes como los de Night in the Woods, historias como la de What Remains of Edith Finch o mecanismos para contarlas como los de Tacoma. El triple A está anclado en un terreno cómodo donde prefiere seguir las modas en lugar de crear nuevas tendencias, lo que nos deja un panorama protagonizado por secuelas, spin-offs y mezclas de géneros que funcionan. Pero nuestro medio da para más.

 

HB


Hellblade: Senua’s Sacrifice ha sido diseñado por un equipo de 20 personas y nos trae uno de los videojuegos más terapéuticos, inclusivos e importantes del año, todo un paquete metido en una experiencia divertida y brillante artísticamente, tanto a nivel sonoro como visual. ¿Hacen falta más experimentos como este? Sin duda. Lo distinto casi siempre es bueno y, en este caso, también es atractivo.



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