El flaco favor de las conversiones hacia Wii U
Nintendo es otro mundo. Servidor no se considera lo que se dice fanboy de ninguna marca, pero conozco de primera mano muchas buenas gentes que son capaces de darlo todo por tal o cual compañía, defendiendo a capa y espada los juegos y las máquinas de estas. Pero el caso de Nintendo es sin ningún lugar a dudas el más extralimitado en este sentido, desatando una pasión y en ocasiones un fanatismo que ya quisieran para sí Sony o Microsoft.
No obstante, este amor ciego puede ocasionar que la venda de los ojos entorpezca con facilidad las elecciones de propios y extraños. En mi entorno no son pocos los "nintenderos" que esperan la inminente salida de Wii U desde hace meses, como agua de mayo. Y lo curioso es que, más allá de querer echarle el guante a las producciones exclusivas de los padres de Mario, desean saborear la experiencia de jugar a un Darksiders II, un Batman Arkham City, un Mass Effect 3 o un FIFA 13 en los circuitos de la nueva máquina, sin ni siquiera ponderar el hecho de que les saldría mucho más económico el adquirir una Xbox 360 con estos tres juegos de un solo golpe.
En cualquier caso, todo es respetable... pero lo que quizá es difícilmente admisible es el que, con un hardware de nuevo cuño que trata de ponerse a la altura de las circunstancias, tengamos unas versiones que, por decirlo suavemente, dan auténtica vergüenza. Sobre todo tenemos en Wii U serios problemas en las tasas de imágenes por segundo, en las texturas y en la carga poligonal, topándonos de bruces con juegos que resultan muy, pero que muy inferiores al código original para PlayStation 3 y Xbox 360. Y eso por no hablar de estos mismos programas en PC y compatibles, donde la cosa se torna ya de risa.
Para empezar, Batman Arkham City abofetea los sentidos con un entorno gráfico visiblemente desmejorado. Quizá a primera vista no sea del todo perceptible, pero cuando nos situamos en determinados decorados incapaces de cargar sus texturas, o visualizamos unas sombras con la resolución del 'mode 0' del Amstrad CPC nos sobresaltamos de manera justificada. Para colmo, los frames por segundo son notablemente más bajos, amén de que el rollo de la armadura metálica para los personajes de Batman y Catwoman no es más que un ligero matiz que ayuda a disimular las carencias gráficas en los primeros planos de estos personajes.
Darksiders II parece mantener mejor el tipo, con mejoras como el DLC Argul's Tomb ya incluido en su contenido. Sin embargo, también hacen acto de presencia algunos incómodos bajones en las animaciones que restan dinamismo al conjunto, amén de unos extraños parones que se sucedían en momentos puntuales, congelando momentáneamente la pantalla. De todas maneras, sigue siendo el mismo juegazo que ya pudimos disfrutar en Xbox 360, PlayStation 3 y PC, aunque cierto es que, con todo lo que promete Wii U, bien que se le podría esperar algo más que no hubiésemos visto antes... y no algo menos, como parece ser que es lo que tenemos entre manos.
Peor lo tiene Mass Effect 3. Todo lo referente a la pantalla táctil es interesante y resulta tremendamente funcional, pero lo que es el juego en sí también pierde puntos si lo comparamos con el Mass Effect 3 que ya conocemos. En Wii U hay que soportar unas cargas tremendísimas, a veces exasperantes... y hasta cierto punto sería tolerable si lo que tuviésemos en pantalla fuese mejor, pero es que, hasta a nivel poligonal, el RPG de Bioware parece haber mermado sobremanera. Aparte de todo esto, los productores del juego ya han declarado que esta conversión no recibirá contenidos adicionales de tipo alguno.
Todo esto da que pensar, y a tenor de estos resultados iniciales, sería de justicia plantearse la compra de esta máquina si queremos tener en cuenta las posibilidades de los juegos multiplataforma más allá del asunto de la pantallita. Por supuesto que un hardware nuevo puede tener mucho de intrincado para los desarrolladores, y quizás el tiempo termine hablando a favor de Wii U en este sentido. Pero lo dicho: las sensaciones iniciales no son demasiado alentadoras.
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