Vale, de Square Enix hace ya mucho tiempo que se puede decir que no es la que era, incluso hay quien defiende que Square Enix ya no es lo que eran ni Squaresoft ni Enix por separado. Eso es un hecho, pero incluso a pesar de lo mal que han hecho algunas cosas durante esta generación, como casi todo lo relacionado con Final Fantasy, todavía quedaban motivos para hablar bien de la compañía, al menos como editora de los que han sido varios de los mejores de su género.
Este mismo año, tras el lanzamiento de Tomb Raider y tras haber acumulado casi medio año de elogios a Sleeping Dogs o Hitman: Absolution y año y medio tras Deus Ex: Human Revolution, a Square Enix se le comenzaba a ver más como una poderosa editora que como a la desarrolladora de la que hace mucho que no se espera gran cosa. Pero no se conforman con eso.
Las ventas de los juegos que consideramos como aciertos no les satisfacen a pesar de que han cumplido en crítica y han conseguido buenas posiciones en las listas de ventas de todo el mundo, pero todo les parece poco comparado con las cifras de Final Fantasy, saga que pretenden anualizar y reducir al absurdo justo cuando lleva mucho tiempo sin estar en la mejor forma. Y así están Lightning Returns: Final Fantasy XIII y lo que tendría que ser Final Fantasy Versus XIII en el horizonte.
El constante debate de los juegos AAA definidos por su volumen de ventas y su repercusión internacional más que por la calidad que atesoran llega a Square Enix, y pretenden tomar la peor de las decisiones de cara al jugador que un día les tuvo más que un respeto.
Yosuke Matsuda deja clara la estrategia a seguir de ahora en adelante, y es exactamente todo lo que no se debe hacer en este momento en que el videojuego necesita reciclarse más que nunca. Construir un catálogo de juegos a la medida de los gustos de los jugadores de cada región, centrarse en móviles y tablets y revisar su política de grandes lanzamientos y juegos de largos desarrollos para que salgan cuanto antes. ¿Dónde está el esfuerzo en pos de la calidad y la buena reputación?
Matsuda habla de alternativas como Kickstarter o Steam Greenlight para conocer los gustos de los jugadores y poder darles lo que piden, conociendo sus gustos y actualizando mientras el juego está en desarrollo. ¿No han aprendido nada del ejemplo de BioWare?