El Fin de Fortnite, un evento histórico
No he jugado en la vida a EVE Online ni tengo previsto hacerlo, pero me he maravillado con muchas de sus historias. Es una de las grandezas del videojuego, que puede dar lugar a experiencias que no te interesen por su propuesta pero sí por las narrativas que se generan en torno a las mismas. Y si ya conectas con ellas, si las juegas, la sensación de estar compartiendo algo único e irrepetible con su comunidad es un acontecimiento de los que se quedan contigo.
Lo digo habiendo vivido algo tan pequeñito como los anuncios de Sombra o Doomfist en Overwatch, lanzamientos que se fueron gestando a base de pequeñas migas de pan muy bien colocadas con tal de ir fomentando la especulación de la gente. Fue apasionante, pero minúsculo si lo comparamos con lo que pasó ayer en Fortnite, y no hay nada más simple a la par que evidente para reflejar la monstruosidad a la que nos referimos que mencionar las cifras de audiencia de lo ocurrido. Entre seis y siete millones de personas vieron cómo la isla se iba al carajo, dando pie a uno de los eventos más vistos de la historia del videojuego reciente. Y Fortnite ya acapara unos cuantos.
Todo esto responde, como imaginaréis, a una meritoria planificación para la llegada de la Temporada 11, que también ha ido gestándose a base de pequeñas modificaciones en el escenario (grietas, un meteorito, un cohete, etc.) que han ido allanando el terreno para el gran megatón, uno que esta vez ha sido literal. Se lo conoce como El Fin y ha sido tal cual. A la hora acordada, una serie de acontecimientos ocurridos en tiempo real han puesto patas arriba todo el universo de Fortnite, creando un agujero negro que se lo ha tragado todo. Y cuando digo todo son los jugadores que lo vieron en directo, los menús y hasta los tuits de la cuenta oficial del juego, que ahora solo refleja el destrozo en tiempo real con sus fotos de perfil en negro.
La cosa parece que seguirá así hasta mañana y ya se ha activado el protocolo antiincendios, avisando a la gente que su perfil y sus paVos siguen intactos, pero no deja de ser fuerte que un juego actualmente inactivo (no se puede jugar a Fortnite hasta nuevo aviso) sea el resultado a corto plazo de una campaña de promoción que solo puede describirse como exitosa. Y diablos, si os ponéis las reacciones en tiempo real de la gente que vivió la creación del agujero negro, es difícil no sentir cierta envidia por haberlo visto todo desde fuera.
Todo sin olvidar que, al fin y al cabo, esto no es más que una actualización de contenido que traerá novedades sobre algo ya conocido. Pero claro, el envoltorio está tan cuidado que incluso llama la atención a quienes no les interesa lo que hay dentro; no descarto que más de uno y de dos vuelvan a darle una segunda oportunidad a Fortnite por algo tan simple como no querer perderse el siguiente fin del mundo. Porque lo habrá, y seguramente merezca la pena vivirlo.
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