El escándalo Pikmin: Miyamoto contra Famitsu

La visita de Shigeru Miyamoto a España ha sido mucho más productiva de lo que pensábamos, sobre todo la mesa redonda a la que asistimos, en la que tuvimos el placer de hablar un rato con él. Mientras que muchos se quedaron sencillamente con que vino a vendernos Wii U o la vuelta al tema de que Retro Studios haga un Zelda, cosa que no harán, nosotros nos quedamos con los trapos sucios que sacó sin ningún tipo de tapujo.

Lo que de primeras parecía una pregunta tan simple y manida como ¿Cuál es el juego del que te sientes más orgulloso? terminó por convertirse en unas interesantes declaraciones de cómo funcionaban muchos de los medios más prestigiosos del mundo. Nos respondió que se siente especialmente orgulloso de Pikmin, no sabemos si como estrategia para recordarnos que hay una tercera entrega en ciernes o porque realmente lo está, pero no viene al caso. Hablando del estreno de Pikmin, nos habló de Famitsu, conocida revista japonesa en la que como bien sabéis, cada juego es puntuado por cuatro redactores, cada uno de 1 a 10, con lo que los 40/40 son algo cotizadísimo y, hace tiempo, muy raros de ver, aunque en esta generación hayan proliferado más de lo que deberían.

Después de que Miyamoto afirmase ese orgullo por Pikmin porque, de no ser por él, es una idea que seguramente nunca habría salido a la luz, nos confesó el problema que tuvo con Famitsu con el análisis del juego, que terminó en un 38/40.

Al ver el resultado, que dos redactores puntuaron con 10 y que otros dos le dieron un 9, Miyamoto se sorprendió. No iba a requerir una rectificación o un cambio de nota, pero preguntó qué había evitado que su juego se llevase el ansiado 40/40.

Aunque desde la distancia podamos ver que Pikmin tiene algún pero que evita que sea perfecto, Famitsu respondió, con toda su cara, que no se llevó la puntuación perfecta porque era una nueva licencia, y ante la duda de temer equivocarse (como muchas veces ha pasado en este mundillo, tanto por mucho como por poco) y que les reportase una mala fama en el futuro, decidieron dejarlo en un casi perfecto.

Esto contestó Miyamoto en 2001 tras el estreno de Pikmin en GameCube, y nosotros inmediatamente empezamos a atar cabos y recordamos que Nintendogs, la siguiente idea revolucionaria de Miyamoto en 2005 se llevó ese 40/40, esta vez quizás sin merecerlo. Y desde entonces las notas perfectas en la revista han sido noticia, y han empezado a ponerse en duda.

No vamos a sacar ahora todos los trapos sucios de este asunto, pero no son pocos los que reaccionan ante un buen tirón de orejas, y este puede ser uno de los miles casos que nos habrán pasado inadvertidos a lo largo de la historia de este medio. Pero de todo esto nos quedamos, sobre todo, con la postura de Miyamoto, al que últimamente nos estábamos acostumbrando a ver desde la perspectiva del it prints money, pero que en directo nos ha mostrado una postura digna de elogio al dejar ver que es alguien a quien realmente le siguen importando las nuevas franquicias y la originalidad en el videojuego a pesar de que Nintendo siga ordeñando a su vaca de oro llamada Mario.