El drama de las versiones canceladas de Wii U
Hay un dicho en catalán que reza ‘no diguis blat fins que no sigui al sac i ben lligat’, una expresión que vendría a decir que es mejor cerrar la boca hasta que un negocio ha dado sus frutos, una síntesis del cuento de la lechera que mi abuela me dijo en más de una ocasión. Como sabréis, el mundo del desarrollo de videojuegos no es un lugar en el que las promesas se cumplen siempre, especialmente cuando hablamos de Wii U.
Recientemente se ha confirmado que Bloodstained: Ritual of the Night, el heredero espiritual de Castlevania desarrollándose bajo la dirección de Koji Igarashi -el padre la obra de Konami-, ha sido cancelado para Wii U unos días después de anunciarse que daría el salto a Nintendo Switch. Los mecenas que lo apoyaron para jugarlo en el GamePad tienen opciones de reembolso y pueden obtener otra versión, pero no deja de ser un drama que la consola haya sido eliminada de la ecuación, sobre todo porque no es la primera vez.
Estamos ante una situación que viene de lejos, en ocasiones por características propias del sistema como ocurrió con Project CARS y en otras por pura ausencia de apoyo de los sellos distribuidores como en Crysis 3, aunque por lo general las últimas cancelaciones de todo lo que restaba por salir para Wii U se están produciendo, simple y llanamente, porque a nivel comercial es un sistema que se considera obsoleto, sustituido, porque supone un mal negocio.
Sin embargo hay un caso que es seguramente el que más me apena: el abandono por parte de los indies. Si hay otra consola además de Xbox 360 que se ha caracterizado por haber apoyado a la industria del desarrollo independiente esa es Wii U, con una oferta más que interesante en ese sentido y con títulos que se jugaban mucho mejor gracias al GamePad. Existe el caso de Affordable: Space Adventures, exclusivo de la misma y una de las mejores experiencias con el mando tableta, pero también hay otros multiplataforma como Year Walk que se juegan mil veces mejor gracias a la doble pantalla táctil que ofrece la máquina.
Pero durante los últimos tiempos hemos visto como Hyper Light Rifter, Stardew Valley, Yooka-Laylee, RIVE y ahora Bloodstained: Ritual of the Night se tiraban del barco tras anunciar que llegarían a Wii U, ya sea anunciando en compensación una versión para Nintendo Switch o alegando problemas técnicos que huelen a escusa. Es una pena que la consola no pueda hacer como PS Vita y alargar su ciclo de vida con este mercado, como también lo es que, a todas luces, es una máquina que a nivel comercial es mejor que esté jubilada para muchos. Otro capítulo más en el maltrato a una consola que todavía hoy nos da grandes alegrías como Breath of the Wild.
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