El DLC de Ghost Recon Wildlands, una manera inteligente de ampliar la experiencia
Hay motivos para ir en contra de las expansiones, pero no todas están cortadas por el mismo patrón. A diferencia de las típicas que añaden nuevo contenido bruto (más mapas, armas y misiones) hay otras que dan una vuelta de tuerca a la experiencia original, siendo ideas que surgen en mitad de reuniones de equipo y que quedan en una bolsa de ideas de la que, con suerte, pueden terminar saliendo.
Ubisoft no es la primera vez que las trae. En Assassin’s Creed 3 supo llevarnos a una versión alternativa de la historia en la que un loco George Washington se coronaba rey de los EEUU, mientras que en Far Cry 3 se metió de lleno en la ambientación retrofuturista para traernos a Rex Power Colt, un protagonista que, haciendo honor a su nombre, representaba la parte más gamberra de los héroes de acción de los años ochenta. Ahora es el turno del depredador más icónico de ese tipo de cintas.
Mediante un evento gratuito iniciado el pasado día 14, Predator es un enemigo más del juego. Nuestro objetivo, tomando prestado el argumento de la peli de Schwartzenegger, es infiltrarnos en su territorio para acabar con él y poner fin a su sangrienta cacería. No solo hablamos de un plus por el que no tocará pasar por caja, también es el añadido de un personaje icónico para muchos que, además, casa perfectamente con la propuesta de Ghost Recon Wildlands.
En la última adaptación del universo Tom Clancy somos un grupo de operaciones especiales estadounidense en plena misión por Centroamérica, por lo que no hay que modificar prácticamente nada para que Predator entre en esa propuesta. Hay que hacer uso del trabajo en equipo, del sigilo y de la puntería para sobrevivir, que ya es lo que venimos haciendo durante el resto del juego, pero con una sutil pincelada de ciencia ficción que supone un excelente reclamo para los fans.
Como he dicho, aquellos DLC que supongan una vuelta de tuerca más al concepto principal del juego o que, por otro lado, lo complementen con tintes de carisma como el presente, son el camino a seguir para que las expansiones se desquiten de esa desconfianza inicial con la que las percibimos. Así, sí.
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