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Echando de menos el factor humano

Ken Kutaragi
Por José Manuel Fernández "Spidey"

Mientras Wii U está a la vuelta de la esquina -y aún con un oscuro halo de misterio alrededor de sus capacidades técnicas-, todos vamos haciendo conjeturas acerca de cómo llegarán a ser las nuevas máquinas de Sony y Microsoft. A la par, con una pizca de ilusión y no pocas dudas esperamos con ansía y anhelo la Ouya, un aparatejo en el que los futuros usuarios han sido los principales valedores del producto. Nintendo 3DS y PlayStation Vita se pasean por los mercados aún con la vitola de ser portátiles de nuevo cuño; y en la sombra, al amparo de aquellos espíritus aún anclados en otros tiempos, compañías como SNK Playmore intentan aprovechar el extinto fuego de pasadas décadas lanzando un hardware tan desubicado como el de la nueva Neo Geo Portable.

 

 

A modo de pensamiento a todas luces peregrino, se me viene a la cabeza que, tras tanta máquina por venir, apenas somos conscientes de los nombres que están tras de ellas. Es más, las propias compañías se cuidan actualmente de que no exista ni una sola cabeza de turco que se ponga por encima de la marca de empresa, por mucho que antaño resultara ser un elemento útil de cara al factor humano de la casa. Por supuesto que, después de algunos casos como el de Gunpei Yokoi pocos deseaban abanderar un producto para luego, en caso de fracaso, caer en la más absoluta de las desgracias… Un claro ejemplo lo teníamos en Ken Kutaragi, el máximo responsable de que la marca PlayStation sea a día de hoy lo que es.

 

Es por ello que creo que, detrás de la vorágine de marcas, rivales y datos técnicos que nos consume hoy día, no está de más recordar los pasos de un genio cuya trayectoria hizo muchísimo por el ocio electrónico (y esperemos que de un modo u otro lo siga haciendo). Por ello, para hablar del maestro Kugaragi tendríamos que remontarnos allá por los años ochenta, momento en el que Sony apostaba con potencia por el negocio del videojuego. Como una de las principales fabricantes del estándar MSX que era, Sony llegó a ejercer como productora de muchas desarrolladoras que por aquellos entonces empezaban a hacer sus pinitos: Compile, Takara, T&E Soft, Seibu, la mismísima Konami…

 

Catálogo de programas Sony para MSX

 

En esos momentos, Kutaragi estaba trabajando en Sony en el campo de las cámaras digitales y experimentando con unas tempranas pantallas LCD. Pero, contemplando a su hija jugar con una Famicom, le dio por el gusanillo del videojuego. A través de un contacto, se enteró del interés de Nintendo por implementar a su futura máquina de 16 bits un chip de sonido competente… y Ken Kutaragi lo desarrolló en secreto, con la única ayuda de un CEO de Sony llamado Norio Ohga. Los ejecutivos de su compañía se enfadaron muchísimo cuando conocieron la existencia de este trabajo, pero nuestro hombre reaccionó convenciendo a Sony en pos de que realizara junto a los padres de Mario el proyecto de la Super Famicom CD, con la idea de competir con Mega-CD y Turbo Duo.

 

Sabida es la historia de que Yamauchi rompió el acuerdo pensando en sus propios fines (como una efímera alianza con Philips), proporcionando así la oportunidad de que Sony aprovechase el trabajo realizado concentrando sus esfuerzos en entrar al mundo de los videojuegos por su propia mano y, de paso, tratar de hacer pagar caro el ultraje de Nintendo. Así pues, el proyecto PSX comenzó a tomar forma sin terceras compañías de por medio, y con los grandes ingenieros de Sony Computer a las órdenes de Ken Kutaragi nació la famosa y querida por muchos Sony PlayStation. Con el mérito de haber sido capaz de anular del mercado plataformas tan competentes como Sega Saturn, 3DO o minimizar sobremanera el cuasi-monopolio de Nintendo, Kutaragi hizo lo propio con la segunda generación de Sony, PlayStation 2. Y del mismo modo, fue capaz de destruir la capacidad productora de Sega con su Dreamcast, apagar casi del todo la luz de Nintendo y su Gamecube (salvada, como siempre, por su impecable producción de consolas portátiles… y Pokémon) y soportar las embestidas de Microsoft con una poderosa Xbox que parecía no achicarse ante el coloso nipón; por no decir que tuvo el mérito de, con PSP, meterse en un mercado que era coto privado de la gran “N”. Y es que Ken Kutaragi lo había logrado, Sony era la número uno en el mundo de los videojuegos y, le pesara a quien le pesara, era obvio que tras esta titánica labor se encontraba el logro de un genio.

 

 

Hoy, con PS3 a punto de conocer el momento en el que tendrá que ceder el testigo a su sucesora, es nebuloso el recuerdo de quién es el responsable de que Sony sea hoy día lo que es dentro del mundo del videojuego. Imaginad la situación: de no ser por la sección de juegos de la compañía, muy posiblemente la gran Sony estaría actualmente en bancarrota. Sin embargo, debido a la difícil salida de la tercera generación de PlayStation y sus evidentes carencias iniciales de cara a la competencia (Sony recortó y recortó los diseños iniciales de nuestro hombre), dieron como resultado un Kutaragi desbocado por la prepotencia de la compañía, teniendo que salir, como buen japonés, por la puerta de atrás. De vicepresidente de Sony a presidente del consejo de SCE… y de ahí a presidente honorífico. Actualmente es el CEO de Cellius, pequeña empresa subsidiaria formada de la alianza entre Sony y Namco… como en los viejos tiempos de Tekken y Ridge Racer. Más allá de todo esto, Ken Kutaragi es una buena persona, humilde cuando sale de entre tanto plano y circuito impreso… aún con el inmenso legado que ha dejado tras de sí de cara a su impagable labor con el mundo de los videojuegos.


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