Echando cuentas con Kinect

A finales de esta misma semana se pone a la venta Fable The Journey. Vámonos cual Delorean al E3 de 2011, certamen en el que se presentó el juego pocos meses después de la salida de Kinect en Europa a finales del año anterior. Por aquel entonces Peter Molyneux no había abandonado todavía su estudio Lionhead y seguía haciendo labores de embajador y director creativo en Microsoft Game Studios. De hecho, estaba inmerso en las labores de promoción del nuevo cacharrito de los de Redmond tras haber mareado la perdiz durante demasiado tiempo con aquel Project Milo que nos vendió la moto del juego sin gamepad como el futuro de la industria.

 

El cuento cambió a medio camino cuando aquella demostración técnica que nos permitía hacer el ganso con un crío virtual se anunció como videojuego que saldría a la venta, y de ahí a su disolución tras retrasos y verdades a medias. Pero como buen tramoyista que es el amigo Molyneux, acabó realizando un nuevo tirabuzón como concesión a Microsoft para acallar a las masas que urgían proyectos soñadores en su Kinect más allá de juegos de baile y demás monerías familiares (muy respetables, claro). Así nació Fable: The Journey.

 

 

Aún así, el tinglado volvió a cambiar, y en E3 del pasado mes de junio vimos el juego en movimiento con un concepto mucho más conservador de lo que se había vendido en un principio. Tras todas estas milongas de Fable solo tenía el nombre, y de experiencia profunda nada más que la plausible posibilidad de lanzar el disco al mar después de probarlo, tal y como están demostrando las primeras críticas.

 

Todo esto no es más que una muestra acotada del cambio de rumbo que ha sufrido Kinect desde su mesiático lanzamiento hace ya casi dos años hasta el día de hoy. Lo que pintaba - o nos querían hacer ver - como una revolución en nuestra forma de interactuar con el ocio interactivo ha acabado en el enésimo cachivache a guardar en el altillo del trastero junto a alfombras de baile, pulsadores de concursos televisivos y pistolitas de luz.

 

Aún así, que le quiten lo bailao a Microsoft. Este año ha superado los 20 millones de unidades vendidas en todo el mundo y ha lanzado un centenar de juegos que hacen uso de él, siendo el uso de Kinect imprescindible en 78 de estos. Ahora bien, de todos estos, tan solo doce alcanzan el notable (más de 70 sobre 100) en el portal Metacritic, siendo los tres más valorados el Sesame Street de Double Fine y los dos primeros Dance Central. Menuda moraleja.

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