E3 2018 - ¿Debe Resident Evil 2 Remake actualizar sus mecánicas?
El primer vistazo a Resident Evil 2 Remake ha sido una de las mayores alegrías que nos deja el E3 2018. No solo se ve bien y se demuestra que su motor es un todoterreno (mueve Resident Evil VII, este remake y Devil May Cry 5), sino que también se aprecia un extremo cuidado por conservar la atmósfera del juego original. Volvemos a Racoon City con un lavado de cara tremendo, una forma de regresar que saca a relucir con más contundencia las diferencias entre el survival horror de antaño con el de ahora.
La arquitectura de la comisaría del juego -y la del resto de secciones- es irreal. Es de ese modo para favorecer una experiencia ‘gamey’ basada en recordar elementos del escenario, coleccionar llaves y abrir pasadizos secretos. El primer día de Leon hubiese sido un caos aunque no se encontrara con la ciudad patas arriba, bastaría con que alguien le pidiese ir a por un paquete de folios en el segundo piso de su lugar de trabajo. Lleva la llave de picas, desactiva el generador, baja la escalera de emergencia y trata de no morir en el intento. Al final el licker es lo de menos.
¿Debe cambiar Resident Evil Remake y ofrecer un acercamiento más moderno? Lo cierto es que ya lo hace. El simple adiós a las cámaras fijas ya es algo contundente, pero incluso si miramos aspectos más estructurales como el sistema de guardado, también hay cambios. A juzgar por lo visto en la demo, el remake se despide de las cintas y podremos guardar tanto como queramos, siempre que tengamos una máquina de escribir delante. Sí, ese ítem tan odiado desaparece y muchos lo agradecemos, pero también hay que reconocer que era un elemento definitorio del juego.
Donde no se ha metido mano, parece, es en otros aspectos ya comentados como la recolección de llaves que abren puertas específicas, la existencia de pasadizos secretos, estatuas móviles y demás. Eso seguirá ahí. Como resultado se ofrecerá un cóctel extraño en el que lo que veremos en pantalla tendrá una apariencia bastante realista, pero sin embargo lo que realizaremos estará fuera de todo entorno lógico, funcional y presente en nuestro mundo. Seguro que a muchas y muchos les será extraño.
Precisamente una de las virtudes de REVII fue su mirada hacia atrás, su recuperación de las llaves extrañas y de los puzles propios de un museo de los horrores versión Da Vinci. Con la locura de los Baker como contexto de fondo uno se podía llegar a creer un poco más todo el pastel, pero en esencia esa historia era tan irreal como lo visto en RE2. ¿Debe cambiar esto o seguir así? No es una respuesta fácil, y menos ahora que tenemos remakes de todo tipo, desde los que apenas tocan nada como Shadow of the Colossus hasta los que cambiarán por completo de género, como Final Fantasy VII.
En mi opinión, lo de Capcom queda a medio camino entre los dos ejemplos mencionados. Un ‘resi’ de entonces adaptado a 2018 exige cambios, pero también es cierto que un lugar tan emblemático como la comisaría de Racoon City lo fue por cosas como su estructura, por ser un gran laberinto cuya banda sonora todavía despierta sensaciones. Resident Evil 2 Remake es un desarrollo con muchos cambios, pero queda lo importante.
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