E3 2017 - Assassin’s Creed Origins, cuando estás en Egipto y no lo parece
Egipto, ese lugar soñado por cualquier fan de Assassin’s Creed que podría hacer cambiar de parecer hasta al más escéptico, incluso al más descencantado con los últimos vaivenes de la franquicia. Si hay algo que parecía imposible es que la jugada de Ubi no fuese a salir redonda de apostar por las pirámides, los faraones y el Nilo. Pero ay del E3, esa tierra de sorpresas que a veces no corren a cargo de nuestro gusto.
Directo y conciso: Assassin’s Creed Origins me ha dejado frío. Bayek me parece el protagonista con menos carisma de la extensa franquicia, donde a nivel artístico le superan hasta secundarios como Adewalé (AC IV: Black Flag - Grito de Libertad) o Aveline (AC III: Liberation), pero lo más decepcionante ha sido el pobre aprovechamiento de un contexto que se vende solo. Nos vamos al Egipto de Cleopatra, al del contacto con Roma, al de todos los monumentos edificados, pero no hemos visto nada de eso.
Se han confirmado varias ciudades (Alejandría aparece en el mapa de uno de sus gameplays), pero lo mostrado nos traslada a la poco conocida Siwa; una población fronteriza con Libia de alto valor arqueológico pero de poco renombre, al no acoger a ninguno de los grandes monumentos de los tres mil años de un imperio egipcio muy rico en ese sentido. La libertad creativa de Ubisoft en un sitio así es larga, sí, pero la sorpresa para el comprador medio es moderada y la pregunta evidente. ¿Dónde están las pirámides, los grandes templos y Cleopatra?
De eso hemos visto poco, apenas un breve gameplay con el asesino deslizándose por una de las caras de una pirámide. A Ubisoft le ha faltado adentrarse en una gran construcción y enseñar a un personaje histórico; no será porque no los haya. Me apena haberme encontrado con una batería de localizaciones que no puedo identificar, con un desierto en el que apenas nos hemos podido perder y con una presentación con muy poco empaque que no hace nada para que me acuerde de ella. Sí, hay cambios en la interfaz y el combate, pero esta franquicia también vive del contexto y en el E3 no ha sabido sacarle jugo.
Supongo que los meses venideros me quitarán la razón y tendré motivos para darle una oportunidad a Bayek, ese asesino que puso la primera piedra para que la hermandad floreciera. Hoy por hoy, a mi pesar, tengo más motivos para ser precavido que para emocionarme con el nuevo Assassin’s Creed. Nunca pensé que me pasaría eso cuando la saga se fuese a Egipto, era demasiado fácil hacerlo bien.
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