E3 2016 - Resident Evil 7 y su concepto del terror orquestado

Ayer por la noche tuve la oportunidad de pelearme con esta demo tan intensa de Resident Evil 7 que los chicos de Capcom han ofrecido a los miembros de Playstation Plus, y tras las estupendas impresiones que me dieron el vídeo y lo datos de este giro de tuerca a la saga con el punto de mira puesto en P.T., os puedo adelantar que lo pasé realmente bien.

 

¿Los motivos? Lo digo en una de las primeras frases del gameplay comentado que os incluyo a continuación: La sensación es la de estar jugando a algo que NO es Resident Evil, lo que después de tantos años, tantos juegos, tantos giros y tantos spin-offs, no deja de ser toda una maravilla. 

 

 

Resident Evil 7 y su terror orquestado

Lo dije en su momento cuando jugué a Outlast, volví a pensarlo con Slender y lo sentí, como no, con P.T. hay algo en la fórmula que Resident Evil 7 ha aplicado a su jugabilidad que me encanta, casi todo, pero hay también una prequeña pega que hace que no acabe de comulgar del todo con el estilo, o que desee que la cosa evolucione bien, ya que hasta el momento es poco, muy poco, lo que hemos visto de esta demo a la que aún tengo amor por darle. 

 

Me refiero, como digo en el epígrafe, a su concepto del terror orquestado, a esa forma de introducir la historia y la narrativa que hace que, a poco que lo pienses, te sientas inmerso en una suerte de pasaje del terror en el que todo lo que pasa está programado y, a final, si no tocas a nadie no te van a tocar. 

 

No obstante, en honor a la verdad, debo decir que esta sensación fue increiblemente fuerte en Outlast, llegando al punto de que me reía cuando se me acercaban los malotes calvitos ya que, la única ruta posible era a su lado por lo que por mucho que gritaran o me agarraran sabía que no iban a matarme. Lo sentí un poco menos en Slender y P.T. -sobre todo después de morir en el primero varias veces-, y ahora, en Resident Evil 7, lo he sentido menos aún. ¿El motivo? Os lo explico abajo en el segundo gameplay, pero por resumir: Hay más rutas, más opciones y no tienes la seguridad de que 'por aquí voy bien porque no hay más opciones'.

 

 

Mejor la orquesta que la sinfonía de tiros

El terror orquestado puede ser un handicap a esquivar en el futuro, pero por ahora, tras haberle dado dos vueltas a la demo de Resident Evil 7 y estar deseando darle una tercera en busca de la llave del cajón o de ver para qué vale el dedo del maniquí, estoy convencido de que no va a ser un gran problema en el título de Capcom.

 

No va a ser un gran problema porque, después de 20 años pegando tiros a los zombis, esta nueva forma de hacer las cosas es más que suficiente para poner contento a cualquiera: sin polvora, sin la sensación de que nada importa porque total, vamos armados hasta los dientes y sin convertirlo todo en un mero acto de apuntar, disparar, recargar y volver a apuntar. 

 

Tras dos décadas de disparos, se agradece esta forma de hacer las cosas. Eso sí, pido a Capcom que sea coherente con lo que ofrece: espero no tener puntos de control cada dos segundos y que la cosa, cuando avance, lo haga con coherencia, aunque como ya digo, con lo visto estoy convencido de que esta vez no nos van a defraudar. Y como prueba, el fotorrealismo cucarachil. 

 

¡Nos leemos!

<< Anterior Siguiente >>