E3 2016 - God of War tiene ganas de contar una historia

God of War ha reaparecido en el E3 2016 con un rediseño tan bien llevado que nos ha cogido a todos por sorpresa. Kratos (o alguien igualito a él) es mayor, es un supuesto padre de un supuesto hijo y se enfrenta al Valhalla. Es soberbio el lavado de cara que han hecho en Santa Monica de su personaje estrella, que ahora parece cansado y con la necesidad de que el niño aprenda a matar y a acertar a su enemigo con una flecha.

 

Soplan nuevos aires para la franquicia, es un nuevo comienzo del que ya se dan pistas. Kratos prepara al muchacho, por lo que suponemos que o irá con él de su lado a la misión que se le avecina o será él mismo el protagonista de la aventura. Esto último se intuye al ver cómo obtenemos puntos de experiencia a medida que el chico aprende cosas. El Valhalla, la tan cacareada ambientación nórdica, surge de los labios de un enemigo al que Kratos machaca.

 

 

¿Y el combate? Pues de nuevo, todo ha cambiado. Con un hacha, Kratos es más lento, más rotundo y contundente pero menos versátil. Me ha gustado mucho el planteamiento de las batallas, prácticamente de un enemigo contra ti en lugar de una horda, algo que se sugiere por el planteamiento de la cámara: muy cercana para que demasiados enemigos se den cita en el mismo plano y esta vez controlable por el jugador. No faltan las escenas cinemáticas entre puñetazo y puñetazo para alegrar las palizas y mucha sangre.

 

Kratos cuenta con una voltereta que le permite rodar, pero una vez más, se nota que los años pasan por él; no avanza demasiado al realizar esta pirueta demostrando que necesita al muchacho para lograr sus fines, aunque a este le cueste mucho aprender.

 

Sin embargo, este God of War no quiere destacar por su combate en esta presentación, sino por alistarse a esos videojuegos que tienen esa manera tan maravillosa de contar una historia basada en unos entornos, unos enemigos y unos personajes con ganas de hablar; ncluso eso se lleva al combate, dándole al conjunto unas sensaciones muy orgánicas. God of War me ha transmitido unas buenísimas sensaciones, sin duda es todo un reinicio porque absolutamente todo cambia.

 

En otras ocasiones puede que un reboot no hubiera sido lo acertado, pero ya con God of War Ascension la serie demandaba una reestructuración de todas sus partes, adaptarse a los tiempos y ofrecer algo nuevo. Puede a los más fans del espartano clásico les espante este nuevo trabajo de Santa Monica, por su ritmo de juego más pausado y que a veces hasta recuerda a The Last of Us, pero a mí me ha ganado.

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