E3 2015 - The Division, su zona oscura y la importancia de un online serio
Hay momentos en los que hasta el peor de los enemigos se pone de tu lado, momentos en los que estás dispuesto a olvidar 'lo que fulanito dijo de nuestro Richard el día de su comunión' o quién lleva cinco años sin devolverle tal juego o cual libro a quien. Momentos en los que te descubres sonriendo a tu rival, con calor y sin afectación, realmente contento de sus logros y sus virtudes.
Algo así ha pasado con la conferencia de Ubisoft
y con unos cuantos vídeos que, la verdad, me han impresionado gratamente. Entre ellos, y dejando Ghost Recon Wildlands para un avance más concienzudo, me quedo con The Division, un juego por el que apostaba bien poco y que, la verdad, me ha dejado con la boca abierta. Brutal ese Battery Park con mercadillo navideño incluído -desde allí vi el countdown de hace cuatro años, así que sé de lo que me hablo-, brutal ese Manhattan en plena ola de frío que ríete tú de los primeros Max Payne o de Farenheit, y brutal, especialmente, la interacción entre jugadores a la hora de cumplir una misión.
Me ha sorprendido gratamente esa zona oscura, que me esperaba como una luna de Destiny y, sin embargo, se parece más a... uhm... vale, no se parece a nada que haya visto, pero estoy convencido de que es lo que tenían en mente juegos como H1Z1 o DayZ. Me gusta lo que veo, y espero que no sea una triquiñuela de Ubisoft para tenernos contentos, y es que Ubi promete con su The Division algo en lo que es experta como distribuidora:
Horas y horas de intensa paranoia.
Para que un juego online funcione tiene que ser, ante todo, serio. Sin ir más lejos, ayer estuve jugando mis primeras horas a The Elder Scrolls Online Tamriel Unlimited y, a falta de muchas horas para plantaros un análisis concienzudo, la primera impresión que me ha dado es la de un inmenso resort plagado de actores en los que los jugadores, turistas adinerados de ese Portaventura medieval que es Tamriel, hacen el idiota y corren a todos lados buscando la mascota de moda, montando el caballito de fuego, acosando a la posadera y tratando de cumplir misiones a gritos de 'maricón el último'.
The Division parece que va a ser distinto y quiere rizar el rizo de lo que en su momento fue Destiny. Me ha gustado ese obsesionarte con tus camaradas, esa zona oscura al margen del juego en sí que nos permitirá la exploración, en compañía o en solitario, y convertirnos en unas criaturitas de corazón oscuro, o, tal vez, en la última esperanza de la humanidad. Me gusta que el juego te deje jugar y te dé opciones más allá de ese cumplir misiones que a la hora de la verdad ni lees porque, total, con seguir la fecha tienes de sobra.
El juego online debe ser serio y conciezudo si no queréis que cualquier jugador se quite la camisa y se ponga a bailar detrás del jefe del gremio de magos, debe ser creíble si no queréis sentiros como turistas de un mercadillo temático en el que sólo los actores de pago cumplen su papel, y debe ser letal para que nos tomemos las cosas en serio.
¿Cumplirá Ubi lo prometido con The Division? Eso todavía está por ver, pero después de reirme y cabrearme ayer a partes iguales con ese sinsentido absurdo que es Tamriel Unlimited, lo que han enseñado los sicarios de Guillemot me ha dado esperanzas.
¡Nos leemos!
<< Anterior Siguiente >>