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E3 2015 - ¿Estamos en el pico de videojuegos?

El glorioso teatro del absurdo
Por Dayo

“Are we at peak videogames?”, tuiteó Leigh Alexander durante la presentación de Nintendo en el E3. Este año, igual que el pasado, seguí todas las conferencias con un ojo en la pantalla y otro en Twitter, mirando las reacciones de la gente, y una palabra destaca este año: “videojuegos”. No videojuegos entendidos como, bueno, lo que valoramos en esta sagrada casa, sino como la cepa más cliché de este nuestro noble arte ¿Estamos en el pico de videojuegos? Este ha sido el E3 en el que Yoko Taro ha salido a presentar el nuevo Nier, y Yoko Taro nunca revela su cara al público, así que se ha mostrado con una máscara que le ciega totalmente y le hace parecer un asesino en serie, un friki asocial o, peor aún, ambas. Este ha sido el E3 en el que un dios vikingo con forma de hombre canoso ha salido, bastón en mano, a hablar sobre lo glorioso que es matar a tus oponentes de un sablazo. Y por supuesto, este ha sido el E3 en el que Sony ha presentado un videojuego que va sobre cazar dinosaurios robot.

 

Es importante que absorbamos el significado de cada una de estas palabras.

 

Dinosaurios robot.

 

Los que llevéis aquí más de una semana quizá me conozcáis y, si me conocéis, sabréis que soy de esos pedantes que esperan demasiado de los videojuegos y que prefiere jugar a Thirty Flights of Loving antes que a Titanfall, o al menos así es como muchos me entienden. La cosa es que sí que espero mucho de los videojuegos y me gusta verles tocar nuevos palos, abrirse a temas más incómodos y explorar tierras inhóspitas. La presencia de This Dragon, Cancer, Autumn o incluso el ya lanzado (y más que recomendado) Papers, Please, son signos esperanzadores de que esto está ocurriendo y los videojuegos como expresión de uno mismo, como medio más de comunicación que de entretenimiento, es una realidad cada vez mayor y con más adeptos. Y, sin embargo, este E3 casi lo he visto como un regreso a las raíces incluso mayor que el año pasado, porque un AAA sobre gente vestida como neandertales cazando dinosaurios robot en el post-apocalipsis es una idea que pertenece a un juego de la NES.

 

Y es genial.

 

Yarn

 

Este ha sido un E3 de muchas sensaciones y perspectivas y, de hecho, todo lo que diga aquí podría refutarlo con otro artículo hablando sobre nuestra dependencia de la vieja guardia y la necesidad de una renovación generacional, pero ahora mismo quiero celebrar cómo este E3 ha sido, en su medida, una celebración del videojuego con gente apasionada hablando en escena sobre proyectos que no parecen ocultarse tras ninguna pretensión. Unravel es un plataformas muy sencillo pero con corazón, y esto se ve reflejado por su creador que, por cierto, es un amor de persona y se quedó con nuestros corazones, pero lo bonito es que todo lo que intenta comentar parece transmitirlo: la necesidad de conexión, el rastro que dejamos a nuestro paso, y etcétera. Parece un juego sencillo y fruto del amor, y espero sentir lo mismo cuando lo juegue. Fallout 4 copia muchas tendencias y, en ocasiones, incluso plagia directamente con detalles como los minijuegos del Pip-Boy (ay, ese Donkey Kong malamente disfrazado…), pero en lugar de hacerlo parecer un juego derivativo, se ven como refuerzos de una gran idea, algo que puede ofrecer un juego para los anales de la Historia.

 

Y luego están los dinosaurios robot.

 

Tiene narices que la nueva generación de videojuegos esté dando un paso atrás, pero al mismo tiempo significa que la gente se está dejando de tonterías. Si quieres hacer un videojuego para emocionar, pues genial, hazlo y demuestra al mundo tu pasión, pero si lo único que quieres es una excusa para matar demonios con una sierra mecánica, pues ahí tienes DOOM. Hace unos años ese juego se hubiera anunciado como la lucha de un hombre atormentado por su pasado o una metáfora del capitalismo voraz, pero hace unos días lo único que vio la gente fueron dobles saltos y escopetazos en la cara. Estamos en el pico de los videojuegos porque, por un momento, hemos aceptado lo estúpidos que son. Y pueden ser mucho más, y eso también se ha visto. Pero, durante dos días, parece que hemos sido algo más honestos con ello.


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