[E3 2014] Zelda, una agradable sorpresa
Zelda ha protagonizado el momento más hypeante de toda la feria. Es la primera vez que Nintendo parece haber escuchado las peticiones de todos sus fans trasladando la esencia de Zelda al primer nivel de las aventuras roleras, y todo con un sencillo teaser de cortísima duración. ¿Y por qué tanto alboroto? La respuesta es sencilla: por decidir olvidarse de espadas que se mueven con nuestros gestos, de transformaciones lupinas, de trenes y de demás zarandajas y de centrarse en lo importante: en el videojuego, en el viaje, en el personaje y en los combates.
Es común en los E3 que varios videojuegos repitan fórmula o tengan características en común. Hemos tenido el E3 del arco, el de los héroes a caballo; este ha sido, sin lugar a dudas, el de los escenarios y este Zelda se ha subido, sabiamente, al carro. Es un paso lógico, las máquinas permiten mostrar auténticas virguerías animadas en función de la hora del día y del clima; pero se puede ir más allá: interactuando con estos entornos, destruyendo sus elementos, alterándolos y generando situaciones en torno a esos sucesos. Mass Effect, Inquisition, muchas han sido las propuestas en esta feria que han ido por estos derroteros, pero la que mejor me ha sabido ha sido Zelda. Un título que se centra en llevar a su protagonista a una mazmorra y ahí desplegar su magia, muestra un teaser que se desarrolla en la campiña amplia y enfrentándose a una criatura que se sumerge en un río, que derriba un puente y al que el héroe le lanza una flecha explosiva para herirle en una secuencia sensacional.
No es la primera vez que un Zelda desarrolla elementos interesantes de su juego en campo abierto, es cierto. Twilight Princess, por ejemplo, le hizo a Link batallar a contra sus enemigos en combates a galope y Wind Waker lo llevó a navegar por el mar; pero ambos eran elementos de transición entre ubicaciones o preparados más para explorar ¿Podemos imaginar ahora un Zelda que abrace conceptos de mundo abierto, de Skyrim, por ejemplo?
Todo ello aderezado con un Link maduro en un mundo exultante y luminoso, que se mueve a las mil maravillas, fluido y natural. La decisión del estilo gráfico es también todo un acierto; pura personalidad que evita rostros robóticos o de plástico (hola, Monolith) y a la vez entrega un mundo apasionante y real.
En definitiva, este pequeño teaser me ha maravillado, sacando a Link de su zona de confort para darle al jugador no nintendero el primer motivo serio para comprarse una Wii U y hablando de recuperar la esencia del de NES: la maravillosa incertidumbre del explorador; ahí es nada. Toca ahora comprobar si los experimentos locos de Aonuma y Nintendo le han mostrado al equipo cómo un Zelda tiene que ser.
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