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[E3 2013] Watch dogs y sus ciudadanos

Tras hackear Assassin's Creed IV
Por Toni Piedrabuena

En este E3 estamos viendo cómo las compañías están implementando a sus proyectos mundos abiertos. Desde Metal Gear, título que a priori no encajaría con este planteamiento hasta Dead Rising 3, saga que de una forma u otra siempre ha coqueteado con ese concepto. Un punto en común que tienen estos títulos es el común empleo del ciudadano que vive en dichos escenarios. Son enemigos. En Metal Gear nos encontramos con un desierto repleto de soldados, en Dead Rising 3 sus pobladores son zombis. Es la transformación del usuario medio en enemigo a derrotar, como un Carmagedon sin ruedas. Sin duda, el título que ha hecho de este punto de partida el grueso de su historia no es otro que Watch Dogs.

 

Si sois seguidores de Juego de Tronos, recordaréis las palabras que no hace mucho dijo George RR Martin:La ciencia ficción ha perdido preponderancia respecto a la fantasía porque ya nadie cree en el futuro”. En una época en la que la sociedad se encuentra agitada ante la situación actual y en la que el futuro se presenta incierto, resulta curioso descubrir cómo los proyectos más interesantes que nos van a llegar consisten en vengarnos de esa sociedad, malvada, que nos encamina a algo que nosotros no hemos decidido. Mientras Dead Rising carga contra una sociedad zombi, Watch Dogs atenta contra cada ciudadano, contra el diablo que tiene dentro. La obra de Ubisoft resulta interesante por ello y por relacionar al individuo que trafica con personas con la propia ciudad, que le traiciona y colabora con el protagonista, con el vengador transformado en jugador.

 

 

Jean Jacques Rousseau dijo una vez que el hombre nace bueno y la sociedad lo corrompe. En Watchdogs descubrimos que así ha sido. El consumismo, el buscar placeres más allá de lo racional, el hallar gozo hiriendo a los demás es el nuevo cáncer del ser humano, algo a lo que nos ha conducido el propio devenir de los tiempos, algo a lo que la sociedad nos ha obligado. ¿Guardamos todos un demonio en nuestro interior que hay que erradicar? Curiosamente, lo que nosotros mismos hemos creado: las redes sociales de comunicación, la información que de nosotros vuela por la ciudad es la encargada de descubrirnos. Regresando por un instante a Dead Rising, el artífice del género de zombis, George A. Romero, no pocas veces ha relacionado a estos seres con una mordaz crítica al consumismo, a un género humano corrupto y malvado, donde los malos no son los no-muertos, sino nosotros. Llamativo que sea en esta época, de crisis económica y social, en la que los zombis estén pegando tan fuerte.

 

El lobo es un lobo para el hombre” es una expresión popularizada por Hobbes pero que tiene su nacimiento en los textos de Plauto. Él escribió “Lobo es el hombre para el hombre, y no hombre, cuando desconoce quién es el otro “. La misma ciudad nos descubre y se alía con Aiden Pearce para darnos caza, dejando en el aire un misterioso toque de venganza ¿Es la ciudad la que ayuda a Aiden o es Aiden el que ayuda a la ciudad? ¿Es ella la que ha encargado un médico o es él el cirujano de un cuerpo enfermo?

 

Veremos muchos usos interesantes de las metropolis en los nuevos videojuegos que están por llegar, pero más fascinante resultan aquellos que afectan tan directamente a un personaje que nunca ha hecho nada más que vagar por las calles: el ciudadano medio. Los videojuegos no dejan de ser obras con las que transmitir el mensaje de un creador, una persona influenciada por los tiempos que vive. Y esa persona parece no estar muy agusto con dichos tiempos. Las cosas como son, un sentimiento común.


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