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[E3 2013] FFXV nos enseña una verdadera evolución

De los creadores de Xenoblade
Por Víctor Junquera

Por fin se descubrió algo que ya era un secreto a voces, Final Fantasy Versus XIII será el nuevo Final Fantasy XV. Me alegro por ello, espero que formar parte del grueso de las entregas numeradas, le valga para que Square-Enix se vuelque con él. Lo que más me agradó del título, aparte de toda la estética que le acompaña, fue su jugabilidad: una evolución inteligente.

 

Todavía no sabemos con exactitud cómo funcionará el sistema de juego, pero hay pistas. En la esquina inferior izquierda adivinamos un menú similar al de Kingdom Hearts, a su vez, los golpes que el protagonista ejecuta, tales como arrojar su espada como si fuera un boomerang, son sacados de la obra de Nomura. Pero el combate se cuenta de otra manera.

 

 

Si en anteriores gameplay habíamos visto unos combates más tradicionales contra bosses en escenarios abiertos, para la ocasión se ha optado por enseñarnos como se le va a añadir, a ciertas peleas, una narrativa propia de un Uncharted con elementos de un God of War. Pasillos guiados que se abren, escenarios que se destruyen mientras surgen rivales a los que liquidar y en los que nuestro protagonista queda reducido a una mota de polvo en el espacio. Este acercamiento a la acción, no es nuevo en la marca. En Final Fantasy VIII ya tuvimos secuencias en las que el escenario se destruía a nuestros pies mientras corríamos a nuestro destino, pero ahora se añadido ese puntito de cine palomitero tan interesante.

 

En un J-RPG, siempre vamos a encontrar una combinación de pasillos con escenarios abiertos. Si en su momento ya se nos aseguró que este Final Fantasy iba a tener campo para recorrer, me ha gustado comprobar cómo van a tratar esos recorridos lineales que tanto estropearon Final Fantasy XIII. Con esto, este Final Fantasy XV me ha parecido el único título mostrado en la feria capaz de evolucionar, de dar un paso adelante con lo ya aprendido. El sistema de lucha de Kingdom Hearts era una maravilla, añádele la dirección de un Uncharted y de un God of War, súmale que las cinenáticas a nuestro alrededor representen esas criaturas fantásticas del universo de Square-enix. Para rematar, sitúalo todo en un tiempo presente; así, el jugador cultivará una malsana curiosidad que le hará querer descubrir cómo funciona todo en esta ambientación tan nueva. Qué planteamiento tan inteligente.

 

Para acentuar aún más esta evolución, esta sensatez a la hora de plantear una jugabilidad que se sienta nueva, tenemos el duro contraste que se produce con Ryse, una de las exclusividades de Xbox One. Lo digo así de claro, si en el trailer de Final Fantasy XV hubieran mostrado QTE en una secuencia de combate, la presentación habría sido un desastre; no porque sean inmediatamente malos o no se puedan incluir, sino porque no debe presumir de ellos. Ya no.

 

 

Los QTE no dejan de ser recursos empleados cuando la dirección de ciertas escenas se vuelve imposible, cuando no hay manera humana de implementar una jugabilidad acorde a lo que se quiere enseñar. Es eso, una artimaña, no una decisión. Pero Ryse ha presumido de ellos hasta la extenuación. En el trailer del romano no hemos visto nada más que un God of War más bonito con una desafortunada cámara pegada a la espalda del protagonista, lo que obliga a recurrir a los QTE para abrir el campo y pedir el auxilio de nuestras tropas para cubrir puntos ciegos. La siguiente generación no se construye a partir de afirmarnos en conceptos de PS2, se hace mirando hacia el futuro, cogiendo lo ya aprendido y avanzando. Por fortuna, Final Fantasy XV ha puesto la primera piedra hacia un modo de jugar más que interesante


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