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E3 1997: El año del FPS

Los E3s históricos, vol.2
Por Toni Piedrabuena

Seguimos el repaso de las ferias míticas con el E3 del año 1997, que se celebró en Atlanta, en el Georgia Dome y expuso a 1500 juegos en 500 expositores con todas las firmas del universo videojuego dándose cita y mostrando sus mejores galas de cara a los jugadores de todo el mundo. La batalla entre Nintendo 64, PlayStation y Sega Saturn continuaba mientras Super Nintedo y Mega Drive luchaban el que sería su último round en un evento internacional. El PC, que llevaba años recibiendo grandes juegos, recibía una almagama de juegos que cambiaría por siempre la concepción de la plataforma.

 

En el mismo evento se mostrarían Quake II, Half Life y Unreal, y qué duda hay que sin esos tres videojuegos, probablemente, el ocio lúdico en ordenador sería otro muy diferente. La feria de Atlanta sirvió para presentar también a Daikatana, Prey y Duke Nukem Forever. El primero, obra de Romero tras su marcha de ID Software, es una de las decepciones más sonadas de la historia; Prey acabaría debutando en Xbox 360 en un estupendo shooter, pero que costó mucho de lanzar y pasó por un desarrollo traumático, pero no tanto como el de Duke Nukem Forever, una historia que acabó hace relativamente poco con un juego regulero por parte de Gearbox y los retazos que quedaron del Frankenstein compuesto por centenares de personas y docenas de empresas durante más de trece años.

 

 

Ahora, para juegos malos y problemas gordos, Titus y su Superman 64, que aparecían en el E3 97 para alarmar a los jugadores de Nintendo 64. Nadie pudo adivinar qué se avecinaba con el juego, pero la realidad es que acabó convirtiéndose en uno de los peores videojuegos de la historia, y eso se dice pronto. Por suerte, Nintendo estaba con otras cosas más importantes: ante una falta de catálogo alarmante de Nintendo 64, sacó una serie de juegos que ilusionarían sin duda a los fans de la máquina: Zelda 64, que no se pudo jugar en la feria y que no tenía prácticamente nada que ver con lo que conoceríamos de Ocarina of Time un año después, StarFox 64 y dos bombazos de Rare: Bajo Kazooie y Conker's Quest. Se comenzó a especular con el sistema de disco de Nintendo 64, el 64 DD, que al final ni siquiera saldría de territorio japonés.

 

Mención a parte merece Goldeneye 007, que también fue mostrado por primera vez en el E3 de 1997 y por lo que parece no le sentó nada bien el ser mostrado con otros gigantes del shooter que iban a salir en ordenador en los siguientes años. El juego de Rare, con más de dos años y medio de desarrollo detrás y más de un cambio de idea y concepto, se convertiría en uno de los más grandes estandartes de Nintendo 64 y el shooter en consola, género que sin duda revolucionó fuera de los teclados y los ratones y que sin él, hoy, no estaríamos disfrutando.

 

Sony puso toda la carne en el asador y mostró dos referentes que se convertirían, para siempre, en legado y sinónimo de PSX: Metal Gear Solid y Final Fantasy VII, dos juegos que se mostraron en la feria y que se convertirían en dos de los más importantes juegos del catálogo de la máquina. ¿Qué decir de ambas series que no se haya dicho ya? Imposible no pararse y hablar horas y horas de dos obras tan sumamente magníficas, pero ahí no quedaría la cosa con la firma japonesa: en colaboración con Namco mostraría Time Crisis y continuaría Crash Bandicoot con su segunda parte de la mano de una joven Naughty Dog.

 

 

Sega, con Saturn batallando por su existencia en Occidente, enseñó Virtua Fighter 2 corriendo en su máquina y el primer juego de Sonic exclusivo para la consola de 32 bits de Sega: Sonic R, una suerte de juego de carreras que no estaba nada mal pero que no era en absoluto lo que podían esperar los usuarios hambrientos de nuevas aventuras del puercoespín azul. Desgraciadamente, el juego que estaba en desarrollo para Saturn, Sonic Xtreme, pasaría por un desarrollo traumático y no llegaría a ser lanzado siquiera. Una auténtica lástima.


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