1. Mundogamers
  2. Noticias
  3. PS4

Dying Light: The Following y la importancia del terreno

La campiña con riña es una piña
Por Rafa del Río

Este fin de semana ha sido muy completito. Por un lado, horas diurnas concentrado con la beta de The Division, de la que en breve os colgaré un avance con lo mejor y lo peor de un juego que, os aviso, me ha sorprendido muy gratamente. Por otro, horas nocturnas dedicadas a la expansión de Dying LightThe Following, un DLC que me vendió Mou la semana pasada con su excelente artículo y que me ha sabido a caramelito tras las muchas horas que disfruté de esta mezcla de zombies y parkour de los genios de Techland

 

Lo reconozco, Dying Light: The Following Enhanced Edition ha logrado enamorarme desde el primer minuto gracias a que tiene muchos factores que juegan a su favor. Continúa con su filosofía de movimiento libre que, sin ser frustrante, requiere que pongas de tu parte y le eches habilidad, y vuelve a ofrecernos hordas y hordas de de zombies que pueblan la campiña a sus anchas a la espera de un delicioso bocado humano. Además recupera su motor día/noche que es, si la memoria no me falla, el más impecable y mejor presentado en un videojuego hasta la fecha, y, por aquello de ser fieles al original, mantiene toda la frescura del primer capítulo. Sin embargo, lo que más me ha enamorado de The Following ha sido, una vez más, el cariño que han puesto en el diseño del terreno y lo completito que está todo. 

 

zzz 5

 

The rain in Spain stays mainly in the plain!

El escenario principal de The Following es La Campiña, un terreno fértil plagado de campos de cultivo, bosques, granjas, huertos, ganaderías y alguna que otra sorpresa que no vamos a desvelaros para hacer la cosa más interesante cuando juguéis. Esta campiña, que en principio me imaginé que sería una excusa barata para aprovechar el nuevo elemento del juego: el coche, demuestra todo lo bueno que tiene por ofrecer desde el primer momento con un escenario bucólico al que los zombies le sientan tan bien como un par de guantes blancos a un ratón de dibujos animados

 

La campiña no es plana, está lejos de ser una extensión de tierra vacía sin nada que hacer, y no es una excusa barata como me temía, sino todo lo contrario: Bebe directamente del fascinante diseño de escenarios del Dying Light original ofreciendo esa mágica mezcla de ambientaciones que disfrutamos en el primer juego: Una cultura mediterránea que mezcla varias influencias para dar como resultado un mundo que quieres explorar y disfrutar. 

 

zz 5

 

El terreno, su gran baza

Un mundo bucólico y muy bien trazado en el que el parkour sigue siendo posible, la campiña tiene su mejor baza en lo agreste y variado del terreno, ofreciendo unos parajes que incluyen terrenos extensos de cultivo en los que no faltan las lomas, los sistemas de regadío, las casetas con aperos de labranza y el inmortal árbol en medio de la nada para que los labriegos disfuten de un trago de agua fresca a la sombra en la dura jornada de trabajo. Junto a ellos, carreteras de tierra y piedras, granjas, edificaciones antiguas y zonas más accidentadas que hacen que un trozo de terreno al azar relativamente pequeño ofrezca mucho más por explorar de lo que pueda parecer a simple vista. 

 

El resultado final es que el mundo que rodea a esta expansión de Dying Light puede recordaros peligrosamente al paraje que observáis cuando viajáis en coche por las carreteras y autopistas de nuestro país, lo que le da a The Following el plus cuántico de la cotidianeidad, de la familiaridad con un mundo que reconocemos como nuestro y que tiene ese punto ingenioso de añadir lo fantástico y lo terrorífico con el factor zombie. 

 

Al final lo importante es disfrutar

 

Una fotografía digna de The Walking Dead

El resultado final del mundo de las afueras de la ciudad de Harrand no podría ser más evocador: una mezcla de lo cotidiano y lo horrible con escenas que a muchos os recordarán a The Walking Dead con una dirección artística y una fotografía que a los aficionados al género Z les parecerá un regalito

 

Puede que luego el juego difiera bien poco de lo que ya pudimos disfrutar en Dying Light. Aunque en esta ocasión haya más conducción y menos parkour. Pronto nos descubriremos huyendo de los Hunters de noche, saltando sobre las cabezas de los infectado aprovechando nuestras dotes aléticas aprendidas en Harrand y mejorando las armas para dedicarnos a lo que mejor sabe ofrecer la gente de Techland: machacar zombies en una nube de miembros volantes, gases en descomposición y mucha, mucha sangre

 

Dying Light fue una de las sorpresas más agradables que, a título personal, me dio la nueva generación. Su expansión, algo realmente grande con sus toques de Mad Max y una ambición que podría haber alimentado perfectamente a una secuela, me ha puesto aún más contento. Con The Following, Techland ha demostrado que es una compañía capaz de ir más allá y cuidar muchos aspectos que entidades más grandes y poderosas obvian y dan por hecho. Habrá que estar atentos a lo próximo de estos tío.  

 

¡Nos leemos!


<< Anterior Siguiente >>