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Dragon Quest VIII muestra su mejor cara en 3DS

Adiós a los combates que se inician al azar
Por Adrián Suárez Mouriño

Dragon Quest VIII prepara su desembarco en Nintendo 3DS con un port de las aventuras originales de Playstation 2. Tanto si has jugado al original como si no, atento al 20 de enero, Square Enix ha hecho muy bien su trabajo revitalizando este clásico. Jugar a Dragon Quest VIII en portátil es un placer, ¿y por qué? Porque los combates por turnos ya no se inician al azar caminando por los mapas, ahora tenemos que chocar contra los enemigos para que den comienzo. Este pequeño detalle le da al juego una dimensión distinta, haciendo que sea más divertido y cómodo disfrutarlo.

 

A esa virtud hay que sumarle que ahora podemos ver el mapa en todo momento en la parte inferior de la pantalla. Añádele a eso que podemos acelerar los combates y que contamos con una opción de guardado rápido y sabrás que estás ante la mejor manera de jugar a Dragon Quest VIII hoy. Y es que el primero de los Dragon Quest en llegar en Europa es largo, profundo y fabuloso, pero también muy duro ya desde el principio del juego. Sus bosses son demasiado difíciles en ocasiones, hay que subir de nivel con frecuencia y con los combates aleatorios es frecuente morir tras haber dejado atrás el cadáver del jefe de zona, al seguir con poca vida y sin ítems. Eso ha cambiado, por fortuna; y lo aplaudimos.

 

 

Dragon Quest VIII nos narra la aventura de un rey maldito y su hija, transformado el primero en monstruo y la segunda en yegua. El autor de la fechoría es Doulmagus, un terrible hechicero al que el monarca decide darle la caza para que le devuelva su aspecto original. Para lograr tal hazaña, es escoltado por el héroe que controlamos, por el bruto Yangus y por otros tantos amigos que nos encontraremos en nuestro periplo. En este remake de 3DS no solo se ha optimizado la jugabilidad, también se ha ampliado la historia con nuevas mazmorras, dos personajes adicionales, otro final y dos capítulos más.

 

El titánico trabajo de Square Enix de condensar el original de Playstation 2 en la portátil, mejorar sus combates y ampliar su historia ha requerido tomar ciertos sacrificios en lo técnico, unos que son comprensibles. El más llamativo es el popping. Ahora los escenarios y los mapas están llenos de enemigos, y esa sobrecarga de información extra tiende a aparecer cuando estamos a pocos metros de ella. Otro problema es que hay una pausa ligeramente mayor en el paso a los combates o a nuevas zonas, también que el aspecto gráfico general se ve menos compacto. De todos modos, estos acaban siendo problemas menores, porque es gracias a ellos que las peleas ya no son por turnos, el ritmo de juego es tremendamente más ágil y el juego es absolutamente más disfrutable.

 

Tras Final Fantasy XV tenía algo de miedo de embarcarme en un juego de rol japonés tan clásico como este, pero lo cierto es que las primeras horas de juego a Dragon Quest VIII: El Periplo del Rey Maldito me lo han quitado de encima. Sin duda, se pueden mantener los estándares del género dándoles un lavado de cara y haciendo que sean perfectamente disfrutables y funcionales hoy. Square Enix ha sabido realizar los cambios precisos para modernizar su propuesta y hacerla plenamente grata, y en formato portátil. Seguiremos jugando para ver cómo las novedades en la historia se solapan con la del juego original, por ahora baste decir que Square Enix ha hecho muy bien su trabajo. 


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