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Dragon Quest Builders y su mundo semi abierto

Haz lo que te dé la gana, pero aquí tienes varios objetivos
Por Julián Plaza

Los Sims nunca me han pegado fuerte. Sé que es problema mío, soy un tipo de jugador al que le gusta ofrecer ciertas concesiones cuando hablamos de libertad. Hablaba hace días de mi segunda partida en Fallout 4 y de cómo la disfrutaba, sobre todo, porque a pesar de los objetivos siempre podría emprender camino y vivir mi historia. Con la obra de Maxis me cuesta, en ella es todo imaginación.

 

Desde el momento en el que das vida a tu sim, tú decides qué y quién será. Sus deseos, su humor y carácter dependen de unos parámetros que están 100 % al servicio del jugador. Lo mismo ocurre con Minecraft (la concepción estándar, ya sé que su universo da para todo y más), Terraria y Stardew Valley. Un universo de posibilidades se abre ante ti desde el minuto uno. Es cierto que en los dos últimos hay un progreso y tienen 'final', pero su planteamiento base es el de vivir el día a día.


Dragon Quest

Y entonces llegó él

Lo que me gusta de este spin-off es que abre con Draconarius. El mal toma protagonismo. Independientemente de que después te digan que no eres un héroe, que los días pueden pasar sin pena ni gloria, sabes que el mundo necesita ayuda y que tú, si quisieras, podrías cambiar las cosas. Sin embargo el juego huye de la reincidente sensación de urgencia del mundo abierto; los objetivos de las primeras horas van encarados únicamente al progreso del pueblo. No hay una lucha contra el mal.

 

Con algo tan simple, la obra de Square Enix consigue transmitirme la desconocida sensación del placer por la construcción, del progreso del día a día. A la vez, a cada nuevo objetivo que te da por cumplir obtienes una pequeña porción más de un todo que es grande, sí, pero te va llegando en pequeñas dosis para que aprendas como quieras. Cuando quieras. Puede que mis taras como jugador me hagan sentirme abrumado ante todo lo que te ofrecen, desde un principio, los títulos como Minecraft, pero el caso es que no me he atrevido a lanzarme de lleno a una obra así hasta Dragon Quest Builders.


Minecraft

Tan bueno como infinito

Sé que a la larga terminaré acabando la historia y que, tiempo después, el juego ocupará su merecido lugar en mi biblioteca virtual. Mientras tanto, estoy disfrutando del placer de ser nadie en un mundo que me deja ser quien yo quiera, un lugar que necesita un héroe. ¿Seré yo el elegido? Podría ser, pero por ahora mis preocupaciones son hacer que Pam tenga una casa para ella sola y amurallar la ciudad. Una de las dos la hago porque quiero, la otra no. Pero estoy seguro que sin ambas opciones no os estaría hablando del juego.



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