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Dragon Age Inquisition. Misiones secundarias malas pero geniales

La evolución de las secundarias tontorronas
Por Adrián Suárez Mouriño

Dragon Age Inquisition es un maldito robavidas, uno de esos juegos que acentúan tu síndrome de diógenes hasta convertirte en un recolector fanático de todo lo que se pueda acumular u obtener; pero no hablo de cosas o de basura, sino de misiones.

 

Y eso que las de DAI son del mismo tipo que las de otros tantos RPG: ve del punto A al B, mata a tres bichos, vuelve al punto A y te doy un premio. Claro que cuando vuelves al punto A te das cuenta de que lo que hiciste en B no fue asesinar bichos culpables, sino inocentes, o que uno era un humano bajo una maldición que le echo A. Y te toca juzgar qué hacer con quien te encomendó la tarea.

 

Este juicio puede acabar en una alianza, en un asesinato o en un encargo tuyo hacia ella. Esta misión que he planteado es una invención, claro, pero las hay muy parecidas y logran que te olvides de que no has hecho más que lo de siempre: matar a un puñado de trasgos.

 

 

Ya Red Dead Redemption hizo algo parecido: misiones chorras como recolectar flores por el encargo de un viejo pero que, al entregarlas, descubres que la señora a quien se las iba a regalar lleva muerta ya mucho tiempo, pero que él sigue velando su cadáver ajado que se balancea sin vida en una mecedora. Es decir que, quizás, hay que aceptar que el videojuego y sus secundarias son siempre las mismas en su base, y que eso está bien, siempre que todo lo que las rodea se llene de calidad narrativa.

 

Eso es lo que hace Dragon Age Inquisition, e incluso va más allá. Existe una misión al comienzo del juego en el que se te encarga que investigues a un manada de lobos negros. Resulta que estos atacan de una manera despiadada y organizada, algo impropio de unas bestias que son depredadoras pero no asesinas. Hasta aquí todo normal, lo interesante llega antes de que te asignen la tarea. Media hora antes de recibirla mi equipo mató un grupo de tres lobos y Solas ya me indicó que la actuación de los lobos era más que peculiar, que ellos no podrían actuar así sin la influencia de otra cosa o ser.

 

Al final, la misión sigue siendo la misma: camina hacia allá y patea culos lupinos; pero a la vez no tiene nada que ver, porque se toma la narración de Red Dead Redemption y se va más allá, aprovechando que esa misión existe en el juego para permitir a los personajes que te acompañan mostrar sus conocimientos y personalidad, dándole de paso coherencia al universo del juego de Bioware.

 

Pero Dragon Age Inquisition avanza incluso más con algo parecido a lo que hizo Square Enix para Lightning Returns (un sleeper de este año muy a tener en cuenta, ojo). Ambos títulos son conscientes de que te van a abrumar con misiones secundarias y lo introducen en su argumento. En el caso de Lightning Returns cumplir misiones salva las vidas de un mundo a punto de destrurise. Dragon Age Inquisition te apremia a cumplirlas para lograr que la influencia de la Inquisición se extienda. Ambos modos funcionan, porque consiguen que la misión más imbécil tenga sentido.

 

Tal es la evolución de las misiones tontorronas: mándame a limpiarle el culo a quien quieras, pero introdúceme ese culo en la narrativa. Sí, la misión seguirá siendo una mierda, pero olerá tan bien que no te darás cuenta.


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